Eduardo Ibarra Aguirre / 26-VII-17
De los 1 851 textos que anteceden al presente, es probable que éste resulte políticamente incorrecto, por ocuparse de una las abundantes rémoras existentes entre la ciudadanía y también en lo que llaman pueblo. Y esto no es una práctica periodística ordinaria.
Y no lo es porque lo predominante es observar a la ciudadanía y al pueblo como menores de edad y/o depositarios de las virtudes públicas y a los gobernantes –partidocracia incluida– y los poderes fácticos como poseedores de la ineficacia, la corrupción y mil características más, todas supuestamente ajenas a las mayorías.