PEKÍN, China, 5 de mayo de 2017.- Las fuertes tensiones entre Corea del Norte y Estados Unidos entraron este viernes en un nuevo plano. El régimen de Pyongyang denunció, aportando numerosos detalles, que ha desarticulado una supuesta trama de la CIA y los servicios secretos surcoreanos para asesinar a su líder, Kim Jong-un, con algún tipo de sustancia bioquímica. “Una quimera tal no podía llegar a nada en ningún caso”, afirma.
La “atroz conspiración” se encontraba ya “en la seria fase de puesta en práctica, tras haber cruzado la frontera de la República Democrática Popular de Corea (el nombre oficial de Corea del Norte)”, según recoge un comunicado de su Ministerio de Seguridad Estatal y que publica la agencia estatal KCNA.
Según la versión norcoreana, la trama comenzó en junio de 2014. En esa fecha, los servicios secretos surcoreanos consiguieron reclutar a un ciudadano del norte, un hombre llamado Kim (uno de los apellidos más comunes en las dos Coreas) que trabajaba en la sucursal de una empresa de maderas en Jabarosk, en Rusia. En un primer momento le entregaron 20.000 dólares -en dos ocasiones- y un equipo de transmisión vía satélite. Posteriormente recibiría otros 200.000 dólares. La idea era atentar contra Kim Jong-un mientras participara en algún acto oficial, bien un desfile o bien en el Palacio del Sol, donde reposan los restos de su padre Kim Jong Il y su abuelo Kim Il Sung.
El plan preveía el uso de “sustancias bioquímicas, incluidas sustancias radioactivas y sustancias nano-venenosas”, producidas por la CIA y que “no requieren cercanía al objetivo; sus resultados letales aparecen pasados entre seis y doce meses”.
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"El Mariscal" está rodeado continuamente de una imponente guardia de elite que le protege. La proximidad física es impensable. |
Es ciertamente improbable que un espía lograra acercarse a Kim Jong-un lo suficiente como para intentar su asesinato. En Corea del Norte, un Estado donde la vigilancia de y por los ciudadanos es constante, cualquier acto en el que remotamente se sospeche que el líder pueda estar presente está rodeado de máxima seguridad. En eventos como los desfiles militares que se suceden casi cada año, todos los asistentes deben someterse a estrictos controles, dos y hasta tres veces. "El Mariscal" está rodeado continuamente de una imponente guardia de elite que le protege. La proximidad física es impensable.