CIUDAD DE MÉXICO, 13 de abril de 2017.- Desde el apasionado, el tierno, el amistoso, el romántico, el robado y hasta el de Judas, el beso es la expresión fascinante y compleja de un sentimiento, practicado en muchas culturas en las diversas etapas de la historia de la humanidad.
Como cada año, este 13 de abril se celebra el Día Internacional del Beso, que si bien no es una fecha oficial para la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se ha vuelto popular en el mundo y la gente lo celebra con gusto.
Los científicos no se han puesto de acuerdo si el acto de besar es un comportamiento aprendido o instintivo, pero sí se sabe que al unir los labios con los de otra persona se movilizan hasta 30 músculos faciales y se queman unas cuatro calorías por minuto.
Al besar, más de 100 mil millones de células nerviosas se activan, le envían al cerebro un torrente de información y, en caso de estar con la persona deseada, libera dopamina, oxitocina y serotonina, sustancias que activan el centro del placer y producen sensación de euforia.
De esta forma, un beso apasionado actúa como una droga al producir dopamina, que es la sustancia responsable de los sentimientos de placer y motivación, pues genera sentimientos de euforia, insomnio y pérdida de apetito.
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"Psique reanimada por el beso del amor", también llamada "El beso, escultura del italiano Antonio Canova. |
Desde el punto de vista físico, un beso puede causar que los vasos sanguíneos se dilaten, se acelere el pulso y se sonrojen las mejillas.