Eduardo Ibarra Aguirre / 23-I-17
El último martes de enero, el “primer ministro de México” (según Sean Spicer, portavoz de la Casa Blanca) y el presidente número 45 que desde el día 20 anunció su proyecto imperialista (“Juntos definiremos el rumbo de Estados Unidos y del mundo en los años que vendrán), materializan su segundo encuentro, después del más que polémico realizado en Los Pinos, a invitación de Enrique Peña Nieto y por iniciativa del entonces secretario de Hacienda Luis Videgaray. Justo cuando Donald John Trump era candidato presidencial, y su contraparte Hilary Clinton declinó la invitación, lo que dejó a los dos mexicanos en situación sumamente embarazosa ante sus paisanos.
El encuentro Peña-Trump fue anunciado después de la conversación telefónica del sábado, y según el vocero Eduardo Sánchez buscará generar un marco de acuerdos y certidumbre en diversas materias como comercio, migración y seguridad. Definición que suscribió el desinformado Spicer.