domingo, 20 de agosto de 2017

agosto 20, 2017
ESTADOS UNIDOS, 20 de agosto.- Nunca volverá a haber nadie como él. Jerry Lewis, leyenda de la comedia y una de las últimas caras del Hollywood clásico, ha fallecido a los 91 años en su casa de Las Vegas, según ha confirmado su representante a Variety. El actor y director ha muerto por causas naturales y rodeado de su familia a las 9.15 (hora local).




Jerry Lewis, que comenzó su carrera artística como la mitad de un dúo humorístico con Dean Martin en bares y radios, se convirtió en los años sesenta en uno de los rostros más importantes de la meca del cine, logrando el mayores contratos en exclusiva de la época, gracias al éxito en taquilla de su habilidad para las muecas y el slapstick. En Paramount, que lo firmó con un contrato de 14 película el en siete años por 10 millones de dólares, se convirtió en el nombre más importante y allí logró libertad absoluta para hacer todo lo que quisiera. En aquella época estrenó El botones (1960) o El profesor chiflado (1963) y Las joyas de la familia (1965), dirigidas por él. Sus personajes maniáticos pero adorables se multiplicaban y repetían.


Lewis nació el 16 de marzo de 1926 en Nueva Jersey con el nombre de Joseph Levitch, de origen judío. Sus padres trabajaban en el mundo del espectáculo musical, por lo que empezó a cantar en público desde los cinco años.


El cine siempre lo compaginó con su labor humanitaria como el presidente de la Asoación contra la Distrofia Muscular, por la que año tras año hasta 2011 presentaba un maratón solidario en EE UU. En uno de esos eventos fue precisamente donde se reencontró con Dean Martin, del que se había separado en 1956 en una de las peleas de ego más recordadas de Hollywood. “Fue una estupidez”, resumía el año pasado:“Dean era bueno en lo que hacía y yo era bueno en lo que hacía. Yo escribía la escena, tres, cuatro páginas de material, y en un segundo él era capaz de interpretarlas como si lo hubiera hecho toda la vida”. El miembro del Rat Pack y Lewis no hablaron durante 20 años. 


Aunque su fama nunca fue igual como en su época dorada, Lewis nunca paró. En 1982, Martin Scorsese lo recuperó en un papel autoreferencial en El rey de la comedia y en 2016 estrenó sus dos últimas películas: Max Rose, protagonizada por él, y Policías corruptos, donde tenía un pequeño cameo. Al final, eso sí, se quedó sin el Oscar por su interpretación que añoraba el pasado año. (El País)

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