martes, 1 de agosto de 2017

agosto 01, 2017
Pedro Echeverría V.

1. Las encuestadoras de políticos, partidos y candidatos realizan en los primeros 10 meses de campañas políticas de un año, magníficos negocios para situar en buenos lugares a candidatos que pagan con esplendidez. Sólo en los dos últimos meses sus datos comienzan a acercarse a lo que resultará la realidad de la jornada política. Sin embargo en esos primeros meses la labor de las encuestadoras de colocar en los primeros lugares a determinados partidos, éstos aprovechan la oportunidad para negociar lugares, recibir apoyos económicos y de colocarse en los más altos lugares del escalón político. Ganan las encuestadoras y los políticos, pierde el presupuesto público y la población.

2. Por ejemplo, veía hoy en los primeros datos amplios publicados de encuestas algunas cifras que considero para bobos: López Obrador que lleva 18 años visitando todos los municipios del país, encabezando miles de mítines y manifestaciones, que sólo le lleva un punto de ventaja a Margarita Zavala, esposa de un presidente ladrón y asesino que, además, la dama, no sabe ni expresarse; que ésta misma está arriba en el PAN de su presidente –el tal Anaya- que es quien ha manejado el PAN en los últimos años. ¿Quién les dio los datos a las encuestadoras? Nadie. Les bastó una reunión de directivos para acordar los que debía publicarse en función de lo que les conviene como negocio millonario.

3. Si López Obrador ha realizado 10 o 20 veces más trabajo que los demás pues debería superar por 10 o 20 puntos a todos los competidores; sería así si fuera por trabajo político. Si los puntos fueran por honradez, inteligencia, sexo, juventud, religión, no sabría cómo se mide o valora. Pero si es por relaciones con los empresarios mexicanos, con la embajada yanqui, con el gobierno gringo, también sería otra cosa. ¿Qué pasaría si se prohibieran las encuestas porque con su publicación en la televisión sólo sirven para encumbrar a quienes pagan? Hay políticos del PRI y del PAN que firman muchos miles de millones de pesos con la televisión para que les hagan propaganda todo el año electoral y dejan cheques abiertos para cualquier cosa que se ofrezca.

4. Pienso que en los 10 primeros meses no hay que mirar y escuchar esas encuestas y el que estén colocado muy arriba López Obrador no tiene nada de chiste porque está 20 veces adelantado en su trabajo. Los que deben competir entre sí pagando encuestas son los demás que no tienen trabajo político; los que apenas comienzan a aparecer como precandidatos y ni siquiera conocen el país y mucho menos sus problemas. Dirán que no es necesario pues basta con que los conozcan los políticos de su partido por cada estado; desafortunadamente puede asegurarse que ni ellos porque hacer política para ellos es estar colgado del presupuesto, de sus gobiernos y de los jefes de su partido. En eso consiste hacer política de la buena.

5. En los hechos sin televisión no habrían encuestadoras. Todas ellas dependen de la publicidad y la propaganda de la TV. El político o partido que mueve mucho dinero siempre sale con ventaja o acurrucado tras el puntero para que no sea “enemigo a vencer”. Según el mismo AMLO ha dicho esta es la tercera y seguramente la última oportunidad electoral y hoy, más que en 2006, puede obtener la Presidencia. Pero no debe olvidarse que los votos parecen teledirigidos por las masivas compras que se hacen de ellos por medio  del gobierno, los empresarios, el clero y demás instituciones. Puede ganar López Obrador pero no sabemos que opinen los imperialistas yanquis que vigilan América Latina. Por allí se mueven las encuestadoras. (31/VII/17)

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