miércoles, 12 de julio de 2017

julio 12, 2017
Pedro Echeverría V.

A los muchos luchadores sociales
de la CNTE que no olvidan sus orígenes

1. Los conscientes se sienten impotentes, pero a la mayoría le importa un bledo lo que sucede en México y en el mundo. Coño, desde que tomó posesión de la Presidencia Peña Nieto y se firmó el llamado “Pacto por México” por los tres partidos gobiernistas, PRI, PAN, PRD, ya los profesores de Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Chiapas y otros estados, estaban en la calle luchando contra la privatización educativa y por una educación pública, obligatoria, gratuita y popular. Eran entonces sólo unos 10 mil profesores convocados por la Coordinadora (la CNTE) que comenzaron ocupando la Plaza de Tolsá en la calle de Tacuba, que luego se trasladaron al Zócalo, al Monumento de la Revolución, a las calles de Bucareli, a la Plaza de santo Domingo y por último a la Plaza de la Ciudadela.

Nuño Mayer el martes en la presentación de la Estrategia Nacional de Inglés, para que México sea bilingüe en 20 años (enlace)

2. En cada uno de los sitios donde colocaron su plantón, además de sol, el calor, las lluvias, los ruidos del tráfico, sólo eran para descansar un poco y dormir por las noches; durante el día siempre contaron en su plan de trabajo político realizar movilizaciones diarias para defender sus derechos y exigir que el gobierno sirva al pueblo. Aunque radicaba en Yucatán me tocó observar todo lo que se movía viajando cada mes a la ciudad de México (en autobús las más de la veces) y algunas veces a reuniones en los diferentes estados; así que pude ser un observador o apoyador permanente con derecho a opinar, escribir o narrar. Los maestros plantados, casi todos, recibían comisiones acordadas en las asambleas.

3.  Se organizaron brigadas diarias para la UNAM, el POLI, la UAM, los CCH, así como para comprar o conseguir donaciones de verduras y frutas en la Merced y otros mercados populares; además las comisión que se quedaba en el plantón para cocinar, limpiar, recibir donaciones, abastecerse de agua,  hacía notas para luego informar en asambleas. En Oaxaca, por ejemplo, sólo acudían al plantón del DF por acuerdo de asamblea, el porcentaje de maestros votado: 10 por ciento, 50 por ciento, 100 por ciento, de los 70 mil maestros. En los otros estados se hacía lo mismo o se preguntaba acerca de quién tenía menos problemas para viajar. Se buscaba cubrir a “contraturno” a los grupos de profesores que habían viajado, bajo información de los padres de familia.

4. Pero llegó la brutal represión gubernamental que buscaba someter bajo su estricto control al magisterio disidente. Se inventó la presentación de pruebas o exámenes para mediante ellos cesar a los maestros luchadores sociales “reprobándolos”. Las autoridades fascistas de la SEP fijaron su atención sobre unos 10 estados donde el magisterio de lucha tiene mayor presencia, dejando para segunda instancia a los otros estados donde el gobierno del PRI y los líderes espurios del Sindicato (el SNTE) dominan. La represión del gobierno y la SEP se hizo selectiva contra los maestros que se negaron a presentar examen. Las confrontaciones se habían agudizado porque siempre el gobierno se opuso a cualquier solución.

5. En este contexto las amenazas y provocaciones del gobierno contra el magisterio pensante o disidente arreciaron. Por otro lado las funestas autoridades de los estados, entre ellas las dependencias de la SEP, establecieron un sistema de espionaje en escuelas y zonas para castigar con descuentos a todos los profesores que expresaban su apoyo a la lucha de la CNTE. Los descuentos fueron la “espada de Damocles” colgada sobre la cabeza de cada profesor. Fui invitado varias veces a participar en la reunión de la dirigencia central de la CNTE para entender mejor la problemática, así como a sus asambleas representativas; ello me hizo comprender la entrega de las dirigencias a las decisiones de base.

6. Por ello y mucho más de lo que podría narrar e interpretar, me permito entender por qué los maestros se retiraron de su último plantón masivo de la plaza de la ciudadela y de las tramposas reuniones que tenían con Gobernación. Poco a poco el gobierno les fue cerrando el paso mediante amenazas masivas de ceses o “pérdida de plazas”, además del no pago de salarios quincenales. Para mí el magisterio de la CNTE (lo mejor de la educación nacional) sigue siendo la vanguardia de la lucha nacional de los trabajadores. Están en este momento en su paso hacia atrás para tomar fuerza e irrumpir nuevamente. Mientras Peña Nieto, Osorio, Nuño y Díaz están a punto de ser enterrados como funcionarios corruptos, los maestros de la CNTE renovarán sus batallas con más bríos. (12/VII/17)

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