jueves, 8 de junio de 2017

junio 08, 2017
MÉRIDA, Yucatán, 8 de junio.- El Parque de Deportes Extremos es no solamente un elefante blanco, una obra inconclusa y en el abandono, sino también una herramienta para malhechores para planear robos.

Según una vecina, los maleantes aprovechan la parte superior de la rampa para ver sus movimientos y planear en qué casas robar (foto: José Repetto)

Una vecina del poniente de la ciudad, quien vive cerca del parque, nos comentó que el lugar está todo descuidado, señalando que se retiró el techo de la parte superior de la pista -en referencia a la pista profesional de BMX- hace algunos meses y no lo volvieron a poner.

Esa área, dijo, es usada por "parejitas" e inclusive por asaltantes quienes aprovechan la falta de vigilancia para, desde arriba, ver los movimientos de los vecinos de la zona y así saber en qué casas es más fácil robar.

A modo de ejemplo, dijo que robaron en la casa de una familiar suya recientemente.

También indicó que no hay luz en el parque y de noche queda completamente a oscuras, agregando que oyó que asaltaron a una pareja dentro de éste.

La vecina también nos dijo que tiene tiempo que no se realiza ninguna actividad en este espacio, considerando estaría bien que se hiciera algo bonito, como un parque para niños, o incluso se construyera una caseta de policía para seguridad de los vecinos.

"De nada sirvió ese parque", sentenció.

En nuestro recorrido, pudimos constatar que las instalaciones del parque están llenas de grafitis vandálicos, las rejas están abiertas, no hay nadie a cargo e incluso hay basura tirada en varios puntos, aunque no en grandes cantidades.

Antecedentes

Con un costo de 12 millones de pesos, el parque de Deportes Extremos fue inaugurado el 23 de agosto de 2015, durante los últimos días de la administración del hoy ex alcalde Renán Barrera Concha.

En varias ocasiones el alcalde actual, Mauricio Vila Dosal, ha declarado que no cuentan con los recursos para concluir la obra, pues se requerirían unos 160 mdp para ello.


En varias ocasiones se ha señalado que el Parque es un nido de vandalismo e incluso un espacio para el consumo clandestino de alcohol. (José Repetto)