sábado, 6 de mayo de 2017

mayo 06, 2017
Pedro Echeverría V.

1. Pensando en los siete países (Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y Belice) integrantes del territorio que se conoce como Centro América y la cantidad de habitantes que viven en él (47 millones 300 mil en 2017) me pregunté: ¿Qué pasaría si no tuvieran fronteras entre sí y fuera simplemente una región: Centroamérica coordinada por comisiones de trabajo, producción, distribución, servicios de salud, educativos, de vivienda, etcétera? Quizá esa región y el mundo, si no hubiesen enseñado a producir y vivir en colectividad sin clases sociales, no habría ni hambre, ni miseria, tampoco acumulación de riquezas en pocas manos.

2. Me puse a pensar que esos siete países centroamericanos tienen un parecido e identidad con nuestros estados de la República. El Estado de México tiene 17.3 millones y Guatemala 16.8; la ciudad de México tiene 8.8 y Honduras 8.7; Veracruz y Jalisco 8.1 y El Salvador y Nicaragua: 6.5 y 6.3, etcétera; es decir también México “sin fronteras”, integrado con Centroamérica, sería una gran región de 39 estados y más de 170 mil habitantes, sólo nos superaría siete países en el mundo, sobre todo China e India, extremadamente los más poblados del universo. Pero ya en el contexto económico y de organización el mundo nos tendría un enorme respeto.


3. Pero en el mundo nunca triunfó el colectivismo. Desde muy temprano (¿hace 10 mil años?) nuestros humildes tatarabuelos tuvieron que enfrentarse a los más ambiciosos, guerreristas y monopolizadores que reclamaban para sí todo lo que tocaban. Así comenzaron a trazar sus fronteras, a despojar de tierras a los más débiles y a determinar sus territorios. En América llegaba un ambicioso conquistador español, inglés o portugués –después de someter a los indígenas y a sus caciques- y determinaba sobre lo que quería. Los conquistadores vinieron sobre todo a legitimar y a extender la propiedad privada en beneficio propio.

4. Los conquistadores, guerreros y caciques más fuertes y con mejores armas se fueron adueñando de los más grandes y ricos territorios. Por ejemplo: los españoles llegaron antes que los ingleses, conquistaron el inmenso territorio de los que sería México pero cuando llegaron los ingleses y se adueñaron de los EEUU, sus herederos lograron más fuerza y más ambición y se apropiaron por la fuerza de más de la mitad del territorio que nos dejaron los españoles. Siempre fue así y hasta hoy es la realidad: el mundo sigue siendo dominado, saqueado y explotado por el más fuerte, por quien posee mejores armas y la tecnología de guerra más desarrollada.

5. Todos los países del mundo poseen fronteras trazadas por los más fuertes. Así como a México le trazaron sus fronteras por los yanquis, a Cuba le impusieron en Enmienda, a Puerto Rico un dominio total, a Colombia le pidieron permiso para construir un canal y le arrebataron Panamá. Si pensáramos un poco más en la constitución obligada de nuestras fronteras veríamos el enorme papel de los imperios para imponernos sus caprichos a más del 90 por ciento de los pueblos que viven el orbe. Fue tan poderosa la región occidental de Asia que forzó la creación del continente europeo sin estar delimitado. Más que continente, Europa parece la península de Asia.

6. Pero una vez “escriturados” los países a nombre de sus poderosas burguesías, siempre al servicio de los imperios que controlan el mercado mundial, es medio iluso pensar o plantear un mundo sin fronteras, sin patrias, sin banderas, sin himnos, sin héroes. Los grandes millonarios jamás han tenido o respetado las fronteras porque ellos invierten sus capitales y explotan a los trabajadores en los países que más ganancias les reditúan. Marx decía que “los obreros no tienen patria” porque donde estén o vayan siempre serán explotados y sometidos, pero él lo decía porque en las guerras los trabajadores de cada país eran los más sacrificados y asesinados.

7. Sin embargo la realidad es que si esos siete países de Centroamérica con territorios y habitantes muy similares a México trabajaran en conjunto –haciendo conciencia del papel explotador y opresor de los EEUU- otra cosa sería. No habría mexicanos ni guatemaltecos o panameños, sino 170 mil trabajadores del Centro de América que lucharían codo con codo por defender su petróleo, su agricultura y por iniciar un despegue fuerte en su industria sin depender de un solo mercado. Parto de la idea de que China, Rusia, India, Europa, están en un proceso de búsqueda y confrontación buscando salidas ante la crisis de dominación yanqui. (6/V/17)

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