miércoles, 3 de mayo de 2017

mayo 03, 2017
Axel García Burgos*

La inflamación es parte de un proceso inicial en el progreso de ciertas enfermedades cardiovasculares, las cuales involucran tanto factores externos o internos, y dentro de estos últimos involucran factores inmunes. Los anticuerpos CD4, CD25 son mecanismos regulatorios dentro del factor de inflamación. Ahora estos anticuerpos se tiene la evidencia que tienen una relación directa en la disminución de riesgos para la enfermedad cardiovascular, como la ateroesclerosis y la aneurisma aórtica abdominal.

Las células T se han visto involucradas en procesos de citoquinas inhibitorias, tienen altas propiedades inmunosupresivas, como el factor de crecimiento. Están relacionadas con los mecanismos de la célula B, y éstas presuponen un estado completo de homeostasis. Al existir una disminución de las células T, supone un estado de alteración, donde factores de inflamación comienzan a detenerse en vías importantes circulatorias, y, por tanto, produce un proceso de envejecimiento circulatorio.

Micrografía de una célula T sana del sistema inmune (Wikipedia Commons)

Estas células T pueden prevenir la acumulación de células proinflamatorias y la secreción de citoquinas proinflamatorias, y son características de ateroesclerosis y padecimientos cardiovasculares. Se está hablando de un procedimiento integral el cual presupone un factor biológico y genético, y, por tanto, que va afectando paulatinamente el organismo.

En experimentos piloto con ratones se ha observado los factores CD4, CD25 y FOXP3 donde unos incrementos disminuyen a las células T. Por tanto, se han reportado que pacientes con síndrome agudo coronario tienen más factores de riesgo como la disminución de células T, sin embargo, se ha observado que los factores de vida como ejercicio, alimentación, no se llevan a cabo de manera correcta, hablando de un factor de vida externo.

El incremento de células antiinflamatorias de citoquinas como TGF, IL-10 tiene una influencia directa en la supresión inmediata de ateroesclerosis, de tal manera que se ha observado que IL-10 tiene un factor predominante en la protección de aterogénesis y la deleción de IL-10 en ratones, comienzan con un signo de ateroesclerosis.

La hipertensión es un factor mayor del padecimiento cardiovascular y eleva la presión sanguínea, provocando el daño en órganos blanco en tejido cardíaco, bazo y la extravasación del endotelio, por tanto, una acumulación a la inversa de los vasos sanguíneos, de la misma manera se ha visto una disminución de las células T, por tanto es tratado con angiotensina II, con tal de ir aumentando el flujo sanguíneo, antes de llegar a los factores quirúrgicos y endovasculares.

Área de investigación biomédica

La hipertensión, su patogénesis, radica en las células endoteliales, referentes a la regulación de la tonalidad de vasos sanguíneos y una disfunción en el endotelio causa una anormalidad en el organismo. En arterias en pacientes con hipertensión se ha descubierto una hiperelasticidad que va deformando paulatinamente las arterias, y causando problemas de detención de placa de ateroma y esto va disminuyendo la circulación sanguínea.

El cuadro clínico puede ser angina péctoris, dolor crónico, y por tanto se van presentando en las edades de entre 50 años en adelante. El tratamiento se ha basado principalmente en procedimientos meramente intervencionistas y quirúrgicos desde la década de los ochenta, sin embargo, la importancia debe de ser no desde un punto de vista de cirugía, que presupone un evento traumático y de riesgo para el paciente, sino abordar la problemática, desde manera integral y sistemática, comenzar el tratamiento desde la actividad física, mejores hábitos alimenticios y por tanto ir cambiando los factores de riesgo.

Actualmente se está considerando tratar de controlar desde un punto de vista molecular las incidencias de citoquinas proinflamatorias, con un diagnóstico preciso e inicial y saber detectar qué pasos pueden ser de mayor riesgo e incidencia, además que se debe de tener una idea clara de qué factores tanto biológicos como sociales pueden incidir en EVC.

El rol protector de las células T también tiene mucho que ver con los bajos índices de riesgo en personas que no sufren de ateroesclerosis, se ha observado una prevalencia mayor en población en América Latina y África, estos valores pueden además estar sumados a factores como la dieta, producción de alimentos de baja calidad que tienen una relación directa con el desarrollo de la enfermedad.

La fármaco nutrición debe de iniciar programas de evaluación y detección temprana de desnutrición en madres, debido a que durante cierta etapa de la vida del futuro bebé, tiene una alimentación disminuida ya sea por factores sociales, económicos y culturales, el cuerpo se ha acostumbrado en cierta forma a no alimentarse y el rompimiento viene cuando el bebé nace y entra en un estado alimenticio correcto o mayor al de su metabolismo, lo cual provoca otro cambio nutricional que incide en su desarrollo: mayor propensión a diabetes, obesidad, hipertensión y enfermedades degenerativas a mayor alarma, debido a la prontitud que se han visto en pacientes.

*Estudiante de la Universidad Anáhuac Mayab.