lunes, 24 de abril de 2017

abril 24, 2017
Pedro Echeverría V.

1. Como producto de las elecciones de ayer domingo en Francia, triunfaron dos personajes: uno de Centro y otro de la extrema Derecha. Entre dos semanas se realizará entre ellos la segunda vuelta electoral. ¿Quién interesa que gane para que el pueblo francés y la política exterior del gobierno salgan beneficiados? La realidad es que –con base en la experiencia de por lo menos un siglo- da igual porque en Europa hace mucho que desaparecieron las posiciones izquierdistas, radicales, que beneficiaran directamente a los trabajadores. La tradición europea es que todos los gobiernos sólo benefician al empresariado.

2. Uno de los primeros libros que me comenzaron a aclarar lo que sucedía con el llamado “socialismo”, la revolución rusa y lo que había que comprender del debate chino-soviético de entonces, fue el trabajo del francés André Gorz, Historia y enajenación de 1964. Con su libro comprendí la posición radical revolucionaria de los llamados pueblos del “tercer mundo” y el reformismo de una izquierda europea que no le preocupaba ni le urgía la revolución sino que le bastaban simples reformas. Comprendí que hablar de Izquierda europea era lo mismo que Centro o Derecha; entendí a De Gaulle, Mitterrand, al partido socialista, al partido comunista, etcétera.

3. Puede recordarse que Europa tomó la delantera de los países del mundo quizá mil años antes de la era cristiana. Desde aquellos tiempos se desarrollaba tomando como base muchos de los inventos y descubrimientos que antes había entre los asiáticos y del norte de África. En los años 1600 y 1700, las naciones europeas controlaron la mayor parte de África, América, y gran parte de Asia, y posteriormente también Oceanía. La Revolución Industrial, que comenzó en Inglaterra en el siglo XVIII, dio lugar a un cambio radical en los ámbitos económico, cultural y social en Europa Occidental, y posteriormente en el resto del mundo.

4. Ya en el siglo XX, las dos guerras mundiales de 1914/19 y 1939/45, llevaron a segundo término a Europa –esencialmente dañada- y le dieron a los EEUU y a la URSS zonas de influencia dividiéndose países, una total hegemonía, al ganar la guerra. La llamada Guerra Fría posterior entre las dos superpotencias (EEUU y la URSS) dividió más a Europa y al mundo. Más tarde la integración europea dio lugar a la formación del Consejo de Europa y la Unión Europea en Europa occidental, las cuales se han expandido hacia el este desde la caída de la Unión Soviética en 1989/91. Parece que 25 años después Rusia se ha levantado nuevamente.

5. En Francia, el peloteo entre los gobiernos de De Gaulle, Giscard, Mitterrand, Chirac, Sarkozy y Hollande, no representan otra cosa que los intereses de los más poderosos empresarios. El centro ha sido siempre el gaullismo y el mitterranismo. Los Le Pen (padre e hija) –la derecha más recalcitrante- ha sido rechazada porque sería una vergüenza total en La Francia revolucionaria que recuerda al mundo la gran revolución de los Robespierre, Marat, Dantón, Saint Just, así como a los partidos jacobinos, girondinos, montañeses; además del bautizo de las llamadas derechas e izquierdas. Por ello se dice que la Le Pen será derrotada.

6. En la izquierda mundial, en vez de esperar el apoyo, la solidaridad, la asesoría de las izquierdas europeas por su más antigua experiencia, se da lo contrario; son los más convencidos europeos los que viajan a Asia, América y África para aprender del trabajo y de las luchas que desarrollamos en el “tercer mundo”. Con excepción de las batallas del antiguo Ejército Revolucionario Irlandés, de las luchas independistas den España de vascos, gallegos y catalanes, las grandes jornadas de los anarquistas, en Europa todos los partidos socialdemócratas o electoreros, sólo buscan algunas reformas dentro del mismo capitalismo. Pero la migración a Europa y otros problemas pueden hacer cambiar la situación. (24/IV/17)