martes, 7 de marzo de 2017

marzo 07, 2017
MADRID, 7 de marzo de 2017.- Científicos de la Universidad de California en San Diego (EE.UU.) han desarrollado un nuevo análisis de sangre que podría detectar el cáncer y localizar dónde está creciendo el tumor en el cuerpo. El estudio, publicado en la revista Nature Genetics, podría proporcionar una manera de diagnosticar el cáncer de forma precoz sin tener que recurrir a procedimientos quirúrgicos invasivos como las biopsias.


Como explica Kun Zhang, director de la investigación, «conocer la localización del tumor es crítico para una detección temprana eficaz. Hicimos este descubrimiento por accidente. Al principio, estábamos siguiendo un enfoque convencional y solo buscábamos señales de células de cáncer y tratando de averiguar de dónde venían. También estábamos viendo señales de otras células y nos dimos cuenta de que si integrábamos ambos conjuntos de señales, podríamos realmente determinar la presencia o ausencia de un tumor y ver dónde estaba creciendo».

Sin necesidad de cirugía

Las pruebas de sangre para el cáncer funcionan a partir de la identificación del ADN liberado por las células tumorales cuando mueren. Unas pruebas que si bien resultan ciertamente prometedoras para detectar rastros de ADN tumoral en la sangre de pacientes con cáncer, no indican dónde se encuentra el tumor.

En el nuevo estudio, los autores descubrieron una nueva pista en la sangre que podría revelar la presencia de células tumorales e identificar su procedencia. Cuando un tumor comienza a formarse en una parte del cuerpo, compite con las células sanas por los alimentos y el espacio, causando su muerte en el proceso, de forma que a medida que las células normales mueren, liberan su ADN en el torrente sanguíneo y ese ADN podría indicar el tejido afectado.

El método muestra una huella de ADN específica llamada ‘haplotipos de metilación de CpG’, que son la adición de grupos metilo a múltiples secuencias CG adyacentes en una molécula de ADN. Cada tejido en el cuerpo puede identificarse por su firma única de haplotipos de metilación.

Así, y con objeto de desarrollar su nuevo método, los investigadores elaboraron una base de datos de los patrones completos de metilación de CpG de diez tejidos sanos diferentes –hígado, intestino, colon, pulmón, cerebro, riñón, páncreas, bazo, estómago y sangre–. Y asimismo, analizaron muestras tumorales y de sangre de pacientes con cáncer para crear una base de datos de marcadores genéticos específicos del cáncer.

Aún habrá que esperar

Finalmente, los investigadores examinaron muestras de sangre de individuos con y sin tumores en busca de señales de marcadores de cáncer y patrones de metilación específicos del tejido. El resultado es que la prueba funciona como un proceso de autenticación dual: se requiere la combinación de ambas señales, del tumor y del tejido, por encima de un corte estadístico, para asignar una coincidencia positiva.

Como concluye Kun Zhang, «se trata de una prueba de concepto para trasladar esta investigación a la etapa clínica. Necesitamos trabajar con oncólogos para optimizar y perfeccionar este método». (EP / ABC)