viernes, 17 de marzo de 2017

marzo 17, 2017
MADRID, 17 de marzo de 2017.- Dos de las grandes preguntas que se plantean hoy en día los especialistas en cáncer son cómo y por qué se producen las metástasis. Los tumores parecen utilizar trucos enrevesados para conseguir diseminarse y alcanzar distintos órganos en el organismo, aunque aún no se conocen a fondo cuáles son estas estratagemas de colonización.

Recientemente, la ciencia ha destapado que una de estas estrategias tiene que ver con el allanamiento del camino para la futura expansión. "Sabemos que el tumor precondiciona el órgano que más tarde colonizará", explica Héctor Peinado, jefe del Grupo de Microambiente y Metástasis del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) que, junto a otros especialistas internacionales, firma esta semana una revisión en las páginas de Nature Reviews. "Secreta determinadas sustancias que favorecen unas condiciones óptimas para la formación de metástasis y que se denominan nichos premetastásicos", aclara.

Reconstrucción digital de la distribución de vesículas tumorales (en verde) en pulmones de ratón. (CNIO)

Los científicos ya han podido demostrar que, antes de que se produzca una metástasis, la zona afectada sufre algunos cambios. En concreto, se sabe que ciertos tumores, como el de mama, a lo largo de su evolución "secretan factores solubles, como las proteínas, y vesículas extracelulares que a través del torrente sanguíneo llegan a otros órganos del cuerpo", explica Peinado, y provocan, entre otras alteraciones, la ruptura de la permeabilidad vascular, la activación de procesos inflamatorios y cambios en el sistema inmune.

Anticiparse a la metástasis

Estas señales que favorecen la aparición de nuevos tumores pueden servir también como marcadores para detectar de forma precoz dónde planea diseminarse el cáncer y, en consecuencia, son muy útiles para intentar anticiparse a esta acción.

"El objetivo es poder llegar a actuar antes de que se desarrolle la primera célula metastásica", expone Peinado, que señala que hay varios grupos internacionales trabajando en esta línea, aunque los resultados aún son preliminares.

"Cuanto más se avance en este sentido mayor será la supervivencia", porque hoy en día, pese a los avances, las tasas de mortalidad cuando ya existe una metástasis son muy elevadas, continúa.

Una de las líneas de trabajo que se están siguiendo es la utilización de técnicas de imagen molecular que complementen a los análisis clásicos y ayuden a la detección precoz de los nichos premetastásicos. Además, otros grupos ya trabajan en distintas medidas para conseguir bloquear las señales que envía el tumor primario o lograr que los nichos premetastásicos permanezcan latentes y no lleguen a favorecer el desarrollo de metástasis.

Por otro lado, también se está intentando averiguar si hay una relación directa entre determinados perfiles genéticos y la formación de estos nichos.

"Queda mucho trabajo por delante, porque también debemos entender por qué hay órganos, como el pulmón o el cerebro en los que la aparición de las metástasis es más habitual", concluye Peinado. (Cristina G. Lucio / El Mundo)