miércoles, 15 de marzo de 2017

marzo 15, 2017
MADRID, 15 de marzo de 2017.- Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) constituyen un grupo heterogéneo de fármacos normalmente empleados en el tratamiento de la inflamación y del dolor. Unos AINE que, dado que incluyen muchos fármacos que se pueden obtener sin receta, se presentan como uno de los grupos de medicamentos más utilizados en todo el mundo. Pero cuidado: el que puedan adquirirse sin prescripción médica e, incluso y como sucede en muchos países como Estados Unidos, en los supermercados, no es garantía de que sean inocuos. Y no solo porque puedan ocasionar problemas digestivos, algunos tan graves como las hemorragias estomacales e intestinales. Es que cada vez hay más y más evidencias de que estos AINE aumenta el riesgo cardiovascular. De hecho, un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores del Hospital Gentofte de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) alerta que el uso de estos antiinflamatorios aumenta el riesgo de sufrir un episodio de muerte súbita.


Como explica Gunnar H. Gislason, director de esta investigación publicada en la revista «European Heart Journal: Cardiovascular Pharmacotherapy», «al permitirse que estos fármacos sean obtenidos sin prescripción y, en muchos casos, sin ninguna restricción o aviso, se envía el mensaje a la población de que deben ser seguros. Sin embargo, algunos estudios ya publicados han demostrado que los AINE se asocian a un incremento del riesgo de enfermedad cardiovascular, lo que es realmente preocupante dado que se trata de unos fármacos que son muy ampliamente utilizados».

Más allá de problemas estomacales

Mucha gente sabe que los AINE provocan problemas gastrointestinales y que, por tanto, su uso frecuente debe ir acompañado de la toma de un protector estomacal. Sin embargo, lo que muy pocos conocen es que estos AINE pueden aumentar el riesgo de desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Pero, ¿es posible que estos fármacos se asocien incluso a una mayor probabilidad de sufrir un episodio de muerte súbita?

Los episodios de muerte súbita, es decir, las muertes que se producen por una parada cardiorrespiratoria repentina, constituyen en torno al 50% de los fallecimientos asociados a la enfermedad cardiovascular. Y para evaluar la posible asociación entre los AINE y estos episodios, los autores analizaron los historiales médicos de los 28.947 pacientes que habían sufrido un episodio de muerte súbita durante su estancia en un hospital danés entre los años 2001 y 2010.

Los autores compararon el consumo de AINE por cada paciente en dos momentos diferentes: durante los 30 días previos a sufrir el episodio de muerte súbita, y durante otros 30 días en los que finalmente no se padeció el episodio –periodo ‘control’–. Así, y en función de que se hubiera o no tomado el AINE y en qué cantidad, se podía comparar si el fármaco había tenido algo que ver con la parada cardiorrespiratoria. Y exactamente, ¿cuáles fueron los AINE evaluados en el estudio? Pues tres de los denominados como ‘no selectivos’ –diclofenaco, ibuprofeno y naproxeno– dos inhibidores selectivos de la COX-2 –celecoxib y rofecoxib.

Los resultados mostraron que 3.376 de los participantes habían sido tratados con AINE durante los 30 días previos al episodio de muerte súbita, principalmente con ibuprofeno –en hasta un 51% de los casos– y con diclofenaco –en el 22% de las situaciones.

Los resultados mostraron que la administración de AINE se asoció con un incremento del 31% en el riesgo de sufrir una parada cardiorrespiratoria. Concretamente, el riesgo fue hasta un 51% mayor con el uso de diclofenaco y un 31% con el de ibuprofeno. Por el contrario, no se observó ninguna asociación en el caso de naproxeno, celecoxib y rofecoxib, muy probablemente por el limitado número de episodios de muerte súbita registrados.

Como indica Gunnar Gislason, «nuestros hallazgos son un fuerte recordatorio de que los AINE no son inocuos. El diclofenaco y el ibuprofeno, los dos más comúnmente utilizados, se asociaron un con riesgo significativamente mayor de muerte súbita. Los AINE deben ser utilizados con precaución y en indicaciones validadas. Así, muy probablemente deberían ser evitados en los pacientes con enfermedad cardiovascular o muchos factores de riesgo cardiovascular».

Consultar con el médico

Pero, ¿cómo se explica la relación entre los AINE y los episodios de muerte súbita? Pues porque estos fármacos inducen numerosos efectos sobre el sistema cardiovascular, caso de una alteración de la agregación plaquetaria y de la formación de trombos sanguíneos, de la constricción de las arterias, del aumento de la retención de fluidos, y de la elevación de la presión sanguínea.

Como apunta el director de la investigación, «los AINE deberían estar disponibles en las farmacias solo en cantidades limitadas y a dosis bajas. No se debe tomar más de 1.200 mg de ibuprofeno por día. Además, naproxeno es muy probablemente el AINE más seguro, pudiendo tomarse en dosis de hasta 500 mg/día. Por el contrario, diclofenaco es el antiinflamatorio asociado a un mayor riesgo y debería ser evitado no solo por los pacientes con enfermedad cardiovascular, sino también por la población general. Contamos con fármacos disponibles con un efecto analgésico similar, por lo que no hay ninguna razón para usar naproxeno».

Sea como fuere, concluye Gunnar Gislason, «el mensaje que se ha enviado a la población sobre los AINE es erróneo. Si uno puede comprar estos fármacos a conveniencia, probablemente pensará que son seguros para su uso. Pero nuestro trabajo añade nuevas evidencias a los efectos adversos cardiovasculares de los AINE y confirman que deben ser tomados en serio y utilizados solo tras consultarlo con un profesional sanitario». (A. Otero / ABC)