jueves, 30 de marzo de 2017

marzo 30, 2017
Pedro Echeverría V.

1. El ejército y el gobierno son instituciones que sirven para defenderse mutuamente y, al mismo tiempo, a todos los órganos del Estado. Éste nació como un aparato de dominación de una clase social minoritaria que, para mantener sus privilegios frente a los reclamos del 90 por ciento del pueblo, ha necesitado crear una ideología de dominación, leyes a su servicio e instituciones de persecución y castigo. Por ello ejército y gobierno, abogados, policías y cárceles, son instituciones de Estado.

2.  La prensa informa que menos del 10 por ciento del pueblo apoya al gobierno de Peña; eso quiere decir que cuando el pueblo se rebele fácilmente eliminará a su gobierno; pero han pasado muchos siglos para demostrar que es muy difícil: ¿Por qué? Simplemente porque al pueblo lo mantienen dominado por una ideología que no le pertenece porque está contra él. Primero la familia, luego la iglesia, ahora los medios de información, le han metido en la cabeza, en los huesos, un pensamiento de sumisión, obediencia, disciplina, orden, que debe acatar.

3. Es una mentira absoluta decir que es necesario un ejército, una policía o un gobierno. El pueblo puede organizarse y vivir sin ellos porque en su vida diaria va comprendiendo que es mejor vivir en colectividad y en igualdad; que es posible producir y dividir con equidad el producto del trabajo y vivir solidariamente ayudándose unos y otros. Que si la producción baja todos se sacrifican y si sube todos gozan. Pero en la sociedad capitalista y en las anteriores nunca fue posible porque el gobierno y el ejército han protegido siempre a la minoría.

4. Para que exista una sociedad igualitaria, que es la única realmente humana, es indispensable eliminar la explotación y que todos los seres humanos cumplan como trabajadores productivos. Señalan los estudiosos que si todos laboraran bastarían con tres o cuatro horas de trabajo para cubrir las necesidades de todos. Y si así fuera, no abrían desempleados, pobres y miserables, pero tampoco ricos, con gigantescos capitales contabilizados  en Forbes, tampoco lucha de clases a las que gobierno, ejército y policías busquen reprimir.

5. Así que el “jueguito” del gobierno y el ejército de defenderse mutuamente ha sido siempre muy claro; ambos se necesitan para defenderse de las luchas del pueblo. ¿Para qué se necesita a un ejército, una marina, si casi nunca hemos estado en peligro de guerra o de invasión extranjera? Que pongan fábricas de comida, de vestido, de muebles, de reparación de hogares, para los casi dos millones de militares con todo ese enorme presupuesto que se dilapida para imponer disciplina y orden en una sociedad que ha sido siempre respetuosa cuando se le respeta.

6. En alguna ocasión López Obrador –el papá de los políticos electorales- encabronado gritó: “al diablo las instituciones”. Brinqué de alegría porque me parecía que iba por buen camino. Las pinches instituciones son organismos burocráticos que impiden el libre desarrollo de la gente. Las reglamentaciones que salen de ellas son impuestas de manera autoritaria, sin consultar a nadie, y sólo tienen el objetivo de reprimir. ¿Qué son las leyes, las cárceles, “las instituciones” de justicia, el gobierno, el ejército, sino instrumentos de dominación y control creadas por el Estado? (30/III/17)