viernes, 10 de febrero de 2017

febrero 10, 2017
Pedro Echeverría V.

1. El rector Graue no es mejor o peor que otros rectores de la UNAM; con excepción de Pablo González Casanova, todos los rectores han sido y son del PRI y casi todos, al salir de rectoría, ocupan altos cargos políticos en el gobierno en turno. Cuando están en funciones suelen decir discursos críticos para acomodarse a las fuerzas que presionan, pero hasta ahí. La educación pública y privada desde que nacieron, es parte del Estado y están obligados a seguir planes, programas, ideología, horarios y todo lo que la burocracia política ordena. Si acaso en educación escolarizada surgen algunos profesores y estudiantes con pensamientos avanzados, es excepcional porque la dominación del sistema capitalista es aplastante.


2. Incluso Barros Sierra, antes de ser rector, fue un poderoso funcionario del gobierno del PRI, y si salió a marchar en 1968 por la invasión de la UNAM por el ejército, fue porque era su obligación. Yo no digo que no deben manifestarse con su partido, pero sí pido que así se les trate: como agentes del gobierno, nunca como independientes o decentes. Por el contrario, González Casanova nunca abandonó su independencia y la ha demostrado con decenas de ensayos críticos y analíticos y libros publicados desde que en 1972 renunció a la rectoría. Obvio, muchos de esos rectores eran analfabetas políticos que nunca entendieron la misión liberadora de una universidad y jamás pudieron sacar de su pensamiento el poder y el dinero.

3. Las rectorías de universidades en México han sido siempre cargos políticos en los que el Estado interviene directamente en la selección del personaje vía SEP, “Consejo Universitario”, “Juntas de Gobierno” y todas las formas. Recuerdo a mi amigo politólogo y muy destacado periodista Luis Javier Garrido Platas que lanzó su candidatura en 2007 para la rectoría de la UNAM creyendo que iba a levantar al movimiento estudiantil y a las izquierdas. Aunque su padre había sido rector de la UNAM (1948-53) e insistió en que se realizara un debate entre los muchos aspirantes, pasó desapercibido Luis Javier en estos momentos en que el Estado debe colocar a sus hombres de indiscutible confianza. ¿Cómo dejar escapar una Universidad de 500 mil asociados?

4. A pesar del CENCOS y algunos independientes en las dos manifestaciones de apoyo a Peña Nieto anunciadas para el domingo, la noticia ha circulado en el mundo buscando demostrar que el presidente mexicano tiene un fuerte apoyo. Sin embargo se sabe que en México la corrupción y los asesinatos ocupan primeros lugares en el universo. Incluso, cada vez que se lee una noticia sobre México se piensa en que por fin ha estallado algún movimiento rebelde, alguna revolución que pudiera poner a México (que está de cabeza) de pie y se ponga a caminar. Poner de pie a México es obligar a renunciar a Peña y su gabinete, es cambiar los contenidos en los medios de información e impulsar a la población a tomar las calles para que le resuelvan sus problemas

5. Lo que más me preocupa y me encabrita es esa gran capacidad del gobierno de la burguesía –desde hace ya un siglo- para sacudirse cualquier manifestación de protesta y salir siempre airosa. Se acaba de sacudir a los maestros de la CNTE que realizaron un poderoso paro de meses en varios estados y ahora –con esto de la condena contra Trump-  están a punto de sacudirse las batallas contra el gasolinazo y la carestía. El colmo ya del desmadre sería que el PRI y el PAN (cualquiera es igual) asumiera nuevamente la Presidencia el próximo año. Realmente en la izquierda (sean socialdemócratas o radicales) damos pena. Nunca pusimos a la burguesía en la picota, no la hicimos correr, ni siquiera la hicimos sudar en serio. Hay que seguir luchando, pero creo que nada cambiará. (10/II/17)

http://pedroecheverriav.wordpress.com

alterar26@gmail.com