miércoles, 22 de febrero de 2017

febrero 22, 2017
KUALA LUMPUR, Malasia, 22 de febrero de 2017.- El cadáver de Kim Jong-nam, el hermano del líder norcoreano Kim Jong-un, asesinado la semana pasada en el aeropuerto de Kuala Lumpur, ha sido objeto de varios intentos de robo, según ha revelado el jefe de policía Khalid Abu Bakar. “Sabemos que alguien ha intentado entrar en la morgue del hospital. Hemos tenido que tomar precauciones. No permitiremos que nadie altere la morgue”, ha dicho al diario local ‘Malay Mail’.

La situación del cuerpo es importante, por dos motivos: en primer lugar, Malasia se ha negado a entregar el cuerpo a los diplomáticos de Corea del Norte en el país, lo que ha desatado la furia de Pyongyang. El Gobierno malayo insiste en que está siguiendo sus protocolos legales, mientras los norcoreanos les acusan de connivencia con su enemigo, Corea del Sur.

El jefe de policía Khalid Abu Bakar identifica a los dos sospechosos norcoreanos durante una rueda de prensa. (Reuters)

En cualquier caso, las autoridades de Malasia han llevado a cabo una autopsia a pesar de las protestas norcoreanas, cuyos resultados no han sido concluyentes. Aunque la investigación ha revelado ya numerosos detalles de la operación de envenenamiento, especialmente tras el interrogatorio de los detenidos por su presunta participación en el crimen –dos mujeres, una vietnamita y una indonesia, y un hombre malayo-, se desconoce qué tipo de toxina utilizaron.

Un veneno no identificado aún

Los expertos, de hecho, están perplejos ante el hecho de que las mujeres pudiesen rociar el rostro de Kim Jong-nam con una cantidad suficiente como para matarle, pero ellas no resultasen afectadas. Esta semana, Khalid Abu Bakar explicó que las mujeres habían recibido instrucción en el manejo de esos químicos. No obstante, cuanto más raro es un veneno, más difícil de identificar es en la autopsia.

Del mismo modo, la policía malaya ha acusado al segundo secretario de la Embajada norcoreana en Kuala Lumpur, Hyon Kwang Song, de haber participado en el asesinato. Otro compatriota suyo, Kim Uk Il, un trabajador de la aerolínea nacional norcoreana, fue ya identificado como sospechoso. “Hemos pedido ayuda a la Embajada de Corea del Norte porque creemos firmemente que los dos siguen en el país”, ha explicado Abu Bakar. (El Confidencial)