jueves, 23 de febrero de 2017

febrero 23, 2017
HONG KONG, 23 de febrero de 2017.- Con ocasión de su 57 cumpleaños, el príncipe heredero de Japón, Naruhito, ha expresado este jueves estar preparado para acceder al trono y convertirse en el símbolo de la nación después de que su padre, el emperador Akihito, abdique, algo que se espera que ocurra durante el próximo año.

Es la primera vez que Naruhito habla en público de la probable abdicación del emperador desde que éste expresara públicamente su deseo de abandonar el cargo a través de un mensaje emitido por televisión el pasado mes de agosto. Según relató a la prensa al ser preguntado por aquel momento, Naruhito ha declarado que quedó "profundamente conmovido" cuando su padre sugirió su deseo de retirarse."Acepto la opinión del emperador con sinceridad y lo tendré en cuenta todo el tiempo mientras llevo a cabo mis deberes", ha expresado al referirse a las palabras de su progenitor sobre su papel como símbolo del Estado.

El príncipe Naruhito con su esposa Masako y su hija Aiko en el Palacio Togu. (Foto Casa Imperial de Japón)

El actual monarca, de 83 años, declaró en verano su deseo de ser relevado en sus funciones al temer que su avanzada edad y su delicada condición física no le permitan cumplir con las obligaciones del cargo, "algo que podría tener efectos adversos para la sociedad", según él mismo declaró. Aunque en la actualidad no padece ninguna enfermedad de gravedad, en el pasado ha sido tratado de un cáncer de próstata -algo que luego le creó una osteoporosis- y en 2012 tuvo que somenterse a una operación de bypass de corazón.

Su renuncia supone un hecho inédito en los dos últimos siglos de historia del Trono del Crisantemo, con el último precedente registrado en 1817, cuando el soberano Kokaku dejó su cargo a su hijo Ninko. De hecho, la Ley de la Casa Imperial -que rige el devenir de la monarquía hereditaria más longeva del mundo- no contempla la posibilidad de la abdicación, por lo que se requiere una enmienda a la normativa o una legislación especial que permita cumplir con los deseos del emperador.

Para ello, el gobierno del conservador Shinzo Abe aceptó la creación de un grupo de seis expertos para que estudien y se pronuncien sobre esta cuestión. A finales de enero, este comité propuso en un informe preliminar la creación de una legislación especial que se pueda aplicar tan solo en este caso, algo que permitiría cumplir con la voluntad del monarca al tiempo que se evitarían los complicados trámites que supone enmendar la ley. Sin embargo, no todos consideran esta como la mejor opción, y varios miembros de los partidos de la oposición -incluidos los del Partido Democrático- han argumentado que la Ley Imperial debería ser revisada para permitir abdicar a los futuros emperadores.

En su intervención de este jueves, el futuro soberano ha señalado que seguirá la senda marcada por su padre, que ha trabajado con ahínco por sanar las heridas provocadas por la actuación de Japón durante la Segunda Guerra Mundial en nombre de su abuelo, el emperador Hirohito. "Como símbolo del estado y del pueblo de Japón, compartiré su dolor y sus alegrías, rezando por su felicidad", ha añadido Naruhito. Además de asegurar que comprende "perfectamente" los sentimientos de su padre, el heredero también expresó su preocupación por el bienestar de sus progenitores, ambos por encima de los 80, de los que espera que en el futuro tengan más tiempo para sí mismos.

El príncipe heredero está casado con la ex diplomática Masako Owada, de 53 años, y tienen una hija de 15 años, Aiko, a la que no se le permitirá gobernar debido a que la ley no permite a las mujeres heredar el trono. A Naruhito le siguen en la linea sucesoria su hermano, el príncipe Akishino (51 años), y su sobrino, Hisahito (de 10). Precisamente, la llegada al mundo del pequeño en 2006 supuso un serio revés para las voces reformistas que abogaban por la anulación de la Ley Sálica que incapacita a las mujeres a acceder al trono, ya que su figura garantiza la existencia de un varón que pueda seguir con la línea masculina. Pese a que hay quien ha pedido a la comisión de expertos que se pronuncie sobre una posible revisión o anulación de esta normativa, sus seis miembros no han dado muestra alguna de estar dispuestos a acabar con esta restricción. (Ismael Arana / El Mundo)