martes, 7 de febrero de 2017

febrero 07, 2017
José Repetto

El día de hoy, el destacado artista plástico Manuel Lizama Salazar se convirtió en el cuarto recipiendario de la Medalla Silvio Zavala Vallado a la Cultura y las Artes.


Por primera ocasión, la presea no se entregó en el Auditorio Silvio Zavala Vallado del Centro Cultural Olimpo -especialmente simbólico por razones evidentes, pues fue bautizado en honor al reconocido historiador que también da nombre a la medalla- sino en el Salón de Cabildo.

Esto devalúa al acto, pues en dicho recinto cabe mucha menos gente, la poca que logra entrar queda muy achocada y los pocos asientos se reparten entre funcionarios e invitados "de honor".

La presea ha sido entregada anteriormente a Adolfo Patrón Luján (2014), acaudalado empresario; Armando Manzanero Canché (2015), cantautor de talla internacional y Bertha de la Peña Casares (2016), maestra de danza de amplia y destacada trayectoria. Todos ellos la recibieron en el Olimpo.

En su primera y segunda edición, la medalla contó con un estímulo económico de 70 mil pesos. Éste fue eliminado para entregas posteriores por acuerdo de Cabildo el 30 de septiembre de 2015, citando motivos de austeridad. Sea cual fuera el objetivo esto abarató a la medalla, y hoy se abarató a la ceremonia misma al realizarla en un espacio reducido y no apto para un evento de tal importancia.

Anécdota: El Salón de Cabildo simplemente no sirve para las sesiones solemnes, pues las vuelve privadas en la práctica por su reducida capacidad, y todas las sesiones de Cabildo deben ser públicas. El reportero de la fuente recuerda cómo, para la última sesión solemne de la pasada administración, 3 familiares del regidor Felipe Duarte Ramírez tomaron como suyos 3 asientos en el área para el público, al grado que uno de ellos tenía la idea de que dichos lugares les pertenecían y podían sacar a quienes los ocuparan, como si hubieran comprado boletos para el cine.