miércoles, 22 de febrero de 2017

febrero 22, 2017
LOS ANGELES, 22 de febrero de 2017.- ¿Fueron lágrimas de cocodrilo las que derramó Angelina Jolie ante las cámaras de la BBC durante su viaje a Camboya? Así lo cree Brad Pitt, a tenor de una información recogida por «Hollywood life» tras la emisión de la entrevista de su exmujer a la cadena británica. En plena promoción de su película «Primero ellos mataron a mi padre», sobre el genocidio camboyano por parte de los jemeres rojos en los 70 y que esta semana se estrena en Netflix, Jolie se derrumbó cuando la periodista Yalda Hakim le preguntó sobre su proceso de divorcio: «No quiero decir mucho al respecto, únicamente que ha sido un momento muy difícil en mi vida», comentó Angelina mientras las lágrimas le caían por las mejillas. La actriz y directora ha viajado al país del sudeste asiático en compañía de sus seis hijos: Maddox (16 años), Thien (13), Zahara (11), Shiloh (10) y los gemelos Knox y Vivienne (8), con los que se ha dado un auténtico baño de multitudes.


Pitt, irritado, ha reaccionado declarando a «Hollywood Life» que se siente defraudado con la actitud de Angelina. «No tiene derecho a interpretar el papel de víctima», ha dicho. Y por más que Angelina haya resultado un tanto conciliadora ante las cámaras -«mucha gente se encuentra en la misma situación que nosotros, son tiempos difíciles», comentó-, una fuente cercana a su ex, citada por el medio californiano, insiste: «Brad está enfadado por esa lacrimosa entrevista. Él no la ve a ella como la víctima de un drama, tan sólo quiere terminar con el divorcio, conseguir un acuerdo de custodia de sus hijos y seguir adelante».

Tomar distancia

En plena batalla judicial desde mediados del pasado mes de septiembre, la antaño envidiable pareja parece incapaz de tomar suficiente distancia de los medios para dirimir sus diferencias en privado. Si hace una par de semanas Goldie Hawn confirmaba que Pitt estaba consolándose junto a su hija Kate Hudson, ahora es Jolie quien habla largo y tendido sobre el amargo final de «Brangelina», aprovechando la presentación de un proyecto que, asegura, es el que más le ha tocado el corazón. «En Camboya adopté a mi hijo Maddox hace 16 años. Estoy muy agradecida a este país, creo que nunca podré darles tanto como ellos me han dado a mí», reveló la actriz a la BBC. También insistió en la idea de que «somos una familia y siempre seremos una familia. Vamos a superar este momento y espero que luego seamos más fuertes. Ahora mismo estoy concentrada en mis hijos, en nuestros hijos, en encontrar el camino correcto. Repito, somos y seremos una familia. Estoy segura que esto nos hará más fuertes y nos mantendrá más unidos».

Rutinas caseras

Jolie ha sumado a su numerosa prole a su campaña publicitaria, personal y profesional. Imágenes divertidas y vídeos curiosos de los chavales -el más llamativo es el que les muestra comiendo tarántulas y otros bichos, algo bastante común en Camboya-, que no dejan de ser puro márketing. Quien más atención está acaparando es el mayor de los seis, Maddox, quien ha participado en la película de su madre. Jolie, sin embargo, ha preferido centrarse en sus rutinas caseras. «Ahora, todo el mundo duerme en mi habitación. Es maravilloso tener que decidir: ‘‘¿Quién saca al perro? ¿Quién hace las tortitas? ¿Quién se ha lavado los dientes?’’».

Y mientras Angelina desentraña sus tareas domésticas, en Hollywood tratan de averiguar por qué promociona su última película una semana antes de la gala de los Oscar. Acaso la expectación ente la perspectiva de ver en la alfombra roja a Kate Hudson del brazo de Brad Pitt (nominado como productor de «Moonlight») haya sido demasiado para que la protagonista de «Tomb Raider» siguiera en la sombra. (María Estévez / ABC)