lunes, 23 de enero de 2017

enero 23, 2017
Pedro Echeverría V.

1. Pienso que no le va a funcionar su programa al señor Donald Trump. EEUU es el país más dependiente en compra y venta del mundo a pesar de que la mayoría de los países sientan una terrible dependencia de ese amo y policía mundial. Los países y pueblos “más atrasados”, más agrarios, porque el capitalismo no barrió su cultura, costumbres y formas de vida, pueden vivir un poco aislados del contexto mundial; por el contrario los más grandes países no pueden vivir sin petróleo, electricidad, computadoras, transportes, guerras, porque quedarían totalmente paralizados, desesperados y locos. Lo que veo es una estrategia de Trump y los EEUU, para que mediante amenazas y presiones los países más comprometidos se sometan más.

2. Hasta 1960 supe quiénes eran los yanquis racistas. En los años 50 era yo un adolescente fanático del béisbol, jugando y apoyando a los Yanquis de Nueva York, esencialmente contra los Dodgers. No tenía idea que yanquis era la gente más rica, conservadora, guerrerista y asesina de los EEUU y que el pueblo de los EEUU sólo era víctima ideológica de sus opresores. Mi padre, humilde carpintero, trabajador honrado para quien descansar era un lujo, ignorando lo que eran los yanquis, veía muchas películas yanquis de guerra (porque además él las proyectaba en el cine), amaba la música de Glen Miller, Benny Goodman y otros y leía selecciones de Ridder Digest. Esto quiere decir que era un yancófilo sin darse cuenta porque no sabía de política.

3. Para mí ha sido claro el discurso de Donald Trump: Los EEUU deben recuperar su riqueza, su trabajo, su poder; para ello tienen que producir, vender y comprar en los EEUU. A su gobierno, a éste como a todos los anteriores, le va a importar muy poco que un pueblo sea explotado, oprimido, pobre y miserable; lo importante es que EEUU recupere su fuerza para que vuelva a ser el amo del mundo. Por ello el expresidente de Uruguay, “Pepe” Mujica, cree que el modelo proteccionista en economía del nuevo presidente de EEUU podría generar una guerra comercial mundial. “Si compran menos al mundo va a deprimir el poder de compra y eso va a afectar los precios y el trabajo. Por el volumen de la economía norteamericana las dificultades de otros países para vender podrían provocar medidas espejo”.

4. Lo anterior es en cuanto al mercado cuya salida inmediata tendrá que ser la diversificación de mercados, pero en cuanto a la política Trump aseguró que de ahora en adelante el mundo entero tendrá que aceptar que “América (Estados Unidos) es primero”. Por otro lado ha repetido la ya muy rayada idea de que otras personas están robando los empleos de los estadounidenses y que, en su presidencia, su prioridad será “recuperar” esas fuentes de trabajo y la forma de hacerlo y piensa que será “comprando a estadounidenses y contratando a estadounidenses”. Sí, hay que esperar unos días para vislumbrar el camino de Trump y sus millonarios; tenemos la obligación de analizar cada paso que da el presidente yanqui para saber hacia dónde quiere encaminar al mundo.

5. Escuchando un discurso de Nicolás Maduro, en el que dice que no entiende por qué se ha hecho internacionalmente una campaña contra Trump, el presidente venezolano lo exhortó a poner fin a las conspiraciones contra Venezuela que llevaron a cabo sus predecesores George W. Bush y Barack Obama. Maduro le aseguró a Trump que el gobierno venezolano pretende mejores relaciones políticas, económicas y energéticas con Washington sobre la base del respeto y la no injerencia. ¿Tendrá bases reales asegurar que el ascenso de Trump a la Presidencia representa “la muerte del proyecto político de la globalización neoliberal”, tal como ha dicho el intelectual del gobierno boliviano García Linera? Es lo que tenemos que observar en su primer mes de gobierno. (23/I/17)