lunes, 9 de enero de 2017

enero 09, 2017
Los contaminantes químicos son también una amenaza para la vida de los osos polares, además del calentamiento global, concluye un estudio divulgado este viernes, que resume 40 años de trabajo de investigación.

Según el estudio, publicado en la revista científica Environmental Toxicology and Chemistry, estos contaminantes representan un riesgo para la salud de los osos cien veces superior al límite considerado aceptable para los animales adultos.

En las crías, sujetas a los químicos a través de la leche materna, el riesgo es mil veces superior.

Los científicos sintetizaron 40 años de trabajo sobre la exposición de los osos polares y a productos químicos, sino también de las focas y de bacalao, en una zona entre las islas Svalbard (Noruega) y el estado de Alaska (Estados Unidos), ambos bañados por el océano Ártico.


Se trata del primer estudio que tiene como objetivo cuantificar el riesgo que los contaminantes orgánicos persistentes representan para el ecosistema ártico”, dijo la autora principal del estudio, Sara Villa, toxicóloga de la Universidad de Milano-Bicocca, en Italia.

Usados en la agricultura y en la industria, los contaminantes orgánicos persistentes, como los plaguicidas, se mantienen durante décadas en la naturaleza, contaminando la cadena alimentaria: pasan, por ejemplo, del plancton (organismos microscópicos que flotan en el mar, los peces, luego a las focas y, en fin, a los osos.

Cuando se acumulan en el organismo, hasta alcanzar dosis muy tóxicas, los químicos pueden afectar a los sistemas inmunológico, reproductivo y endocrino.

Vestigios de policlorobifenilos (PCB), uno de los contaminantes orgánicos persistentes, cuyo uso está prohibido desde la década de los 70, fueron detectados en los osos polares, de acuerdo con la investigación.

Nuevas familias de compuestos químicos, como el ácido perfluorooctanessulfónico (PFOS), considera “muy tóxico para los mamíferos”, reemplazando el PCB.

De acuerdo con el estudio, las concentraciones de PFOS son altas en los osos polares, diez veces más que las focas.

Estas sustancias químicas autorizadas, son utilizadas para impermeabilizar el papel, tejidos, muebles, evitar manchas de agua o de grasa, y para producir ciertas espumas de extintores.

Las estimaciones apuntan a que en 2050, la población de osos polares, ya amenazada por el deshielo derivada del cambio climático, reduce en un tercio de.

En el Ártico, el calentamiento global puede generar veranos sin hielo dentro de 20 años, vaticinam los científicos. (pysnnoticias)