LA HABANA, Cuba, 14 de noviembre de 2016.- Zuby Malik es una candidata improbable de violar el derecho internacional. Madre de 78 años de edad y con una corona de pelo plateado, es ginecóloga-obstetra jubilada con una inclinación por el orden.
Pero Malik está luchando por su vida. Después de recibir un diagnóstico hace un año de cáncer de pulmón de células no pequeñas en la Etapa 4, agotó muchos de los tratamientos disponibles y se enfrentó a efectos secundarios dolorosos que le provocaron hormigueos y falta de aire. Durante el verano, decidió ir a Cuba y utilizar una vacuna contra el cáncer que no está aprobada en los Estados Unidos. Como ella viene de una familia vinculada a la formación médica, la decisión fue aún más difícil.
“Al principio estaba un poco nerviosa”, dijo Malik, sentada en la sala de estar de su casa del norte de California, flanqueada por un tanque de oxígeno y una mesa de medicinas. “Pero los tratamientos estadounidenses no me estaban ayudando, y decidí que debía ir a Cuba. ¿Qué otra opción tengo?”.
En el centro médico La Pradera, en Cuba, se ofrecen exclusivos tratamientos de salud y terapias de rehabilitación basados en los afamados adelantos médicos de la isla. (Foto: The New York Times) |
Poco después de comenzar la medicación, dijo, su respiración se hizo más fácil y su energía regresó. En su refrigerador hay una caja de frascos de la vacuna, con tapa azul y naranja.