MÚNICH, Alemania, 17 de septiembre.- En München ha comenzado el Oktoberfest, la celebración anual de la cerveza alemana. Y las medidas de seguridad contra el terrorismo son impresionantes para proteger a los amantes de la cerveza de la amenaza de ataques. Una decisión que no estropea el ambiente de fiesta que hay en el festival de alcohol. Las estrictas medidas de seguridad se toman tras los atentados que sacudieron Alemania en julio pasado.
La edición número 183 de la que se ufana de ser la mayor fiesta popular del mundo comenzó con el rito de la apertura del barril a cargo del alcalde de la ciudad.
"O'zapft is!" ("¡ya está abierto!"), gritó el socialdemócrata Dieter Reiter tras perforar el barril con dos golpes de martillo puntualmente al mediodía.
El primer jarro fue convidado al primer ministro de este estado federado del sur de Alemania, el socialcristiano Horst Seehofer, con quien Reiter brindó por "una fiesta pacífica".