JERUSALÉN, Israel, 2 de mayo.- La violencia en Alepo ha obligado a mover ficha a EE.UU. y Rusia, los dos principales impulsores del proceso de paz de Siria, que han logrado acercarse «a un punto de entendimiento» para renovar el alto el fuego y extenderlo a la segunda ciudad del país, según adelantó John Kerry. Moscú y Washington han decidido «preparar un sistema de control del alto el fuego mucho mejor» y para ello «habrá personal adicional trabajando en Ginebra, las 24 horas del día, los siete días de la semana», según el jefe de la diplomacia de EE.UU.
La tregua pactada el 27 de febrero ha saltado por los aires en Alepo en la última semana en la que más de 250 personas (de ellos 50 niños) han perdido la vida y al menos dos hospitales han sido bombardeados. Kerry viajó a Suiza para reunirse con el mediador de la ONU, Staffan de Mistura, y declaró que «los dos bandos, la oposición y el régimen, han contribuido a este caos y vamos a trabajar intensamente en las próximas horas para intentar restablecer el alto el fuego».
Una mujer herida después de un ataque aéreo de las fuerzas gubernamentales. (Reuters)(Más fotos en Facebook) |
El objetivo de los negociadores es que la tregua parcial que rige desde el fin de semana en el cinturón rural de Damasco y la provincia de Latakia se extiendan a Alepo. Esta ciudad está dividida en dos partes desde el 2012. En los barrios del oeste, bajo control del Gobierno, viven más de un millón de civiles y en los del este, controlados por distintos grupos opositores, entre ellos el Frente al Nusra, quedan unas 300.000 personas. Tras la liberación de Palmira, el Gobierno aspira a recuperar el control de Alepo, lo que supondría un duro golpe para la oposición que soñaba con convertirla en su capital.