BERLÍN, 1 de mayo.- Galvanizada por una subida vertiginosa en los sondeos, la derecha populista alemana del AfD ha presentado este domingo su primer programa en tres años de existencia, adoptando una posición marcadamente hostil al islam y con la ambición de "conquistar la mayoría".
"El islam no forma parte de Alemania" y los minaretes, las llamadas del almuecín y el velo integral "deben ser prohibidos", según han decidido los 2,400 participantes del congreso de Alternativa para Alemania (AfD), celebrado este fin de semana en Stuttgart.
La asistencia, mayoritariamente masculina y de edad madura, ha abucheado a los pocos oradores de discurso más moderado, que llamaban a "detener el yihadismo pero buscando el diálogo con el islam".
"El islam en sí mismo es político", ha asegurado un interviniente, mientras otro aludía a "la sharia, los atentados suicidas y los matrimonios forzados".
Como se esperaba, las cuestiones identitarias y religiosas han dominado los debates, mientras el ala más liberal del partido abogaba por proteger la "cultura occidental cristiana" frente al islam como elemento extranjero, según el discurso de su principal representante, Jörg Meuthen.