MÉRIDA, Yucatán, 1 de abril.- Títeres que defienden su lugar en las artes, una niña que al perder su muñeca aprende que es posible reparar una pérdida, un cuenta cuentos de nombre Gigi Girolamo que a través de sus historias saca a relucir miedos, valores y anhelos y un artista que no tiene miedo al malabarismo mágico, la globoflexia explosiva y hasta humor irreversible serán los encargados de abrir este domingo la oferta infantil de la nueva Temporada Artística Olimpo Cultura 2016.
Nelson Cepeda, Teo Flores y Daniel Quesadas ofrecerán una “probadita” de lo que serán las obras de estreno de proyectos ganadores del Fondo Municipal para las Artes Escénicas y la Música 2016 que conforman la programación de la temporada cultural.
La presentación se realizará a las 11:30 de la mañana, con entrada gratuita, para luego dar paso a la ceremonia inaugural de la Temporada Olimpo y a la primera función infantil con la propuesta “La magia del guiñol. El museo itinerante” de Tito Díaz, que comenzará al mediodía en el auditorio “Silvio Zavala Vallado”. Esta última tendrá una cuota de colaboración de $50.00 general y $25 estudiantes y adultos con credencial del Inapam, en apoyo al trabajo creativo y solidario de los artistas.
En la función de “La magia del guiñol” del maestro titiritero Tito Díaz participarán 12 personajes. “Se trata de una representación al más puro estilo del teatro guiñol que se hacía en México en los años 30´s, y aunque hay gente que lo ha catalogado como un “teatro de museo” o viejo, es un teatro vivo que se va modernizando conforme el público lo va exigiendo”, comparte.
En cada función se ofrecerán dos historias diferentes y un entreacto musical. Para este fin de semana se disfrutarán “La cucarachita hacendosa”, uno de los más populares cuentos del teatro guiñol de Graciela Amador, y “Juanito de los fantasmas”, una historia de Javier Villafaña considerado uno de los titiriteros argentinos más importantes de América Latina. En otras funciones se manejarán historias de Rosario Zapata y cuentos del repertorio clásico tradicional en versiones del guiñol de Tito tomadas de los libretos originales de sus autores.
El director de esta obra afirma que se trata de un espectáculo interactivo, pues mientras el teatro guiñol propone situaciones o problemas, el público, desde su butaca, da soluciones. “Los títeres son más libres, es al más puro estilo del teatro guiñol tradicional, y todas las historias llevan una enseñanza”.
Tito Díaz está a favor de las temporadas, ya que como titiritero y hacedor del teatro es deseable que las obras maduren, se presenten varias veces y se difunda todo el trabajo que hay detrás de una producción y no se hagan solo una o dos funciones.
