VATICANO, 27 de marzo.- Paz para Siria. Para Venezuela, Irak, Libia y Yemen. Ucrania y Medio Oriente. El clamor del Papa para las zonas más violentas del mundo. Y una condena al terrorismo ciego y una imploración por los refugiados. Los lanzó durante su bendición pascual “Urbi et Orbi” (a la ciudad y al mundo), que pronunció desde el balcón central de la Basílica de San Pedro.. Ante miles de personas (unas cien mil) congregadas en la Plaza de San Pedro, Francisco advirtió que sólo la infinita misericordia puede salvar del odio y de la muerte.
“El mundo está lleno de personas que sufren en el cuerpo y en el espíritu, mientras que las crónicas diarias están repletas de informes sobre delitos brutales, que a menudo se cometen en el ámbito doméstico, y de conflictos armados a gran escala que someten a poblaciones enteras a pruebas indecibles”, constató, hablando en italiano. Entonces comenzó una larga lista de conflictos.
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El Papa Francisco presidió esta mañana la Misa de la Pascua de Resurrección en la Plaza de San Pedro. El Pontífice no tuvo homilía puesto que después leyó su Mensaje Pascual e impartió la tradicional bendición Urbi et Orbi (a la ciudad y al mundo) desde el balcón central de la Basílica. |
Pidió que Cristo resucitado indique caminos de esperanza a Siria, un país desgarrado por un largo conflicto, con su “triste rastro de destrucción, muerte, desprecio por el derecho humanitario y la desintegración de la convivencia civil”. Encomendó a Dios las conversaciones en curso, para que, con la buena voluntad y la cooperación de todos, se puedan recoger frutos de paz y emprender la construcción una sociedad fraterna, respetuosa de la dignidad y los derechos de todos los ciudadanos.
Urgió a una mejor convivencia entre israelíes y palestinos en Tierra Santa, así como la disponibilidad paciente y el compromiso cotidiano de trabajar en la construcción de los cimientos de una paz justa y duradera a través de negociaciones directas y sinceras. Y llamó a acompañar los esfuerzos por una solución definitiva a la guerra en Ucrania, apoyando las iniciativas de ayuda humanitaria, incluida la de liberar a las personas detenidas.
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Álbum |
“Que el Señor Jesús, nuestra paz, que con su resurrección ha vencido el mal y el pecado, avive en esta fiesta de Pascua nuestra cercanía a las víctimas del terrorismo, esa forma ciega y brutal de violencia que no cesa de derramar sangre inocente en diferentes partes del mundo, como ha ocurrido en los recientes atentados en Bélgica, Turquía, Nigeria, Chad, Camerún y Costa de Marfil; que lleve a buen término el fermento de esperanza y las perspectivas de paz en África; pienso, en particular, en Burundi, Mozambique, la República Democrática del Congo y en el Sudán del Sur, lacerados por tensiones políticas y sociales”, estableció.