Eduardo Ibarra Aguirre / 13-I-16
Los mensajes presidenciales con motivo del inicio de un año subrayan demasiado los buenos propósitos y las realizaciones, y prácticamente colocan en un tercer plano las dificultades del país, excepto aquellas que permitan redimensionar los éxitos.
Ignoro si siempre fueron así los mensajes desde que los inauguró, si no me equivoco, el general Lázaro Cárdenas, mas no sería pedir peras al olmo que los presidentes subrayaran más su carácter de convocatorias y dejaran para el común de los mortales los buenos y abundantes deseos que intercambian los mexicanos.
Enrique Peña Nieto optó por subrayar las realizaciones de los tres años y 11 días del gobierno que asegura “Mover a México” y “Estamos abriendo camino para que cada uno escriba su propia historia de éxito”. Enlistadas sucintamente pueden referirse así:
Recaptura de Joaquín Guzmán tras 181 días: “Se acabaron tus vacaciones Chapo”, le dijo el marino que lo recapturó por segunda ocasión, la primera en Mazatlán. “98 (y no 99 como afirmé el miércoles) de los 122 delincuentes más peligrosos ya no representen una amenaza para la sociedad, y vamos por todos”. La economía tiene estabilidad y está creciendo por “las reformas estructurales, México está mejor preparado para enfrentar y aprovechar esta coyuntura”, en la que según Peña Nieto “el país se ha convertido en el principal motor económico de América Latina”. No explica cómo, pues México apuesta casi todas sus canicas al norte del río Bravo.
Mensaje de Año Nuevo 2016 del Presidente Enrique Peña Nieto (enlace) |
Además de la generación de “más empleos formales que en el mismo periodo de cualquier otro gobierno”. La inversión extranjera alcanzó “niveles récord”. En 2015 disminuyó el desempleo y los niveles de inflación fueron “los más bajos de la historia” como reflejo de “los beneficios de las reformas estructurales”. Se “eliminaron los gasolinazos, el cobro de la larga distancia nacional y redujeron el precio de la luz, telefonía e internet”, entre otras.