lunes, 12 de diciembre de 2016

diciembre 12, 2016
CIUDAD DE MÉXICO, 12 de diciembre de 2016.- A un año y medio de ser hospitalizado de urgencia a causa de un accidente vascular cerebral, el primer actor Rogelio Guerra se reporta estable pero sin mejoría en su estado de salud.

“Sus análisis de sangre están dentro del rango y él se encuentra estable, pero no ha mejorado en sus capacidades. Todavía no puede hablar, no se puede parar ni puede caminar; no ha logrado rehabilitarse y eso ha sido difícil”, señaló su hijo, Aldo Guerra.

De acuerdo con el parte médico, el protagonista de telenovelas como Los ricos también lloran y Vivir un poco, entre otras, padece un daño cerebral irreversible.


“Durante mucho tiempo su cerebro no se desinflamó y no podíamos ver realmente el daño que ocasionó el accidente vascular”, explicó.

“Cuando los doctores lo analizaron parecía que el daño era menor, pero ahora que el cerebro se desinflamó nos dijeron que es irreversible, es decir, no va a mejorar”, aseguró.

Con esa certeza, indicó que lo que resta para Rogelio Guerra, de 80 años, son los cuidados paliativos para que tenga mejor calidad de vida.

“No estamos esperanzados de que vuelva a ser él, simplemente él está aquí. Hay días en los que está conectado y otros en que no, pero él sigue aquí, luchando y aquí seguimos todos”, expresó.

Aldo Guerra admitió que este proceso ha sido difícil para él y su familia, al grado de que le costaba trabajo visitarlo cuando estuvo hospitalizado.

“Fue una de las cosas más dolorosas que me pasaban. Además, sentía mucha presión del mundo externo, pues me decían que debía ir a verlo y estar con él, pero era impactante y no podía.

“Sin embargo, la vida te va poniendo pruebas como la del padre de una amiga. Él murió de manera inesperada a causa de un infarto. Todo fue de la nada, ella no tuvo tiempo de decirle nada ni hacer cierres. En ese instante me ‘cayó el veinte' y me di cuenta de que mi papá sí estaba aquí”.

A partir de ese momento, Aldo visita con más frecuencia y convive con él.

“Cada quien busca sus mecanismos de defensa y los míos eran evadir. Yo pensaba que si no lo veía el problema no existía, hasta que empecé a disfrutarlo otra vez, a llenarlo de amor y de cariño, aunque nadie te prepara para algo así”, concluyó. (Excélsior)