jueves, 17 de noviembre de 2016

noviembre 17, 2016
Fernando Novelo, vocero del Observatorio de la Facultad de Derecho de la UADY.

Ganar, ganar, ganar. No es una estrategia que el Rector tenga en su ABC para dirigir los destinos de la UADY. A continuación, como preámbulo diría la actriz mexicana Silvia Pinal: “Acompáñenme a ver esta triste historia”.


La Licenciada y Maestra en Derecho Socorro Guillermo, conocidísima y queridísima Profesora y Administrativa de la Facultad de Derecho de la Uady acaba de renunciar de manera sorpresiva e incomprensible a su Alma Mater después de 25 años de servicio.

Quienes la conocemos de cerca como profesora, compañera de trabajo y amiga, sabemos del amor incondicional que le tiene a la Facultad de Derecho, el conocimiento profundo y serio sobre la misma, y el placer que le retribuye la enseñanza de los jóvenes.

Desde la imposición como Director de la Facultad de Derecho de Carlos Macedonio, impuesto por Renán Solís y José de Jesús Wiliams (Abogado General y Rector de la Uady), la perdida de profesorado ha sido vertiginosa. No sólo se le dio de baja de manera inmediata a más de diez profesores que rechazaron con razones documentadas la incapacidad de Carlos Macedonio para dirigir la Facultad de Derecho, sino que se sumaron a estas bajas los que no permitieron la persecución que se les impuso y dignamente renunciaron.

Ahora, empieza otra etapa quizá más crítica, en la que los profesores renuncian al toparse con un “muro” de ignorancia y soberbia; de odios atávicos y complejos de inferioridad; de oportunidad de venganza y humillación. “No es indio el que no se venga” dice el dicho; y ellos, los otros, lo encarnan.

El miedo se va perdiendo y las voces se empiezan a escuchar. Las risas discretas pero de esas que sacan hasta las lágrimas las comparten grupos de alumnos, profesores y administrativos que relatan con jocosidad, ironía, tristeza, y muy mexicana resignación “las hazañas” de los improvisados que llegan a las aulas para intentar paliar la pérdida irreparable de profesorado de calidad.

Se comenta intra y extra muros de las clases de Derecho convertidas en Evangelio; de las clases que se tornan en pasatiempos Scouts; de las clases impartidas por profesores que hace unos días vendían zapatos por catálogo o que tenían una lata de cochinita los domingos. Muy loables formas de ganarse la vida pero ajenas a la formación de estudiantes de derecho. Y esto, los estudiantes lo saben, lo sienten y ya lo externan.

Es por esto que la renuncia de Socorro Guillermo es sintomática de la pérdida constante, latente y dolorosa que sufre la Facultad de Derecho. Es una dama dignísima y renuncio sin aspavientos ni manotazos. Gracias por sus enseñanzas, compañerismo y amistad. La Uady y Derecho se lo pierden.