jueves, 24 de noviembre de 2016

noviembre 24, 2016
EL CAIRO / BAGDAD, 24 de noviembre de 2014.- Al menos 100 personas han muerto este jueves en el sur de Irak en un ataque suicida reivindicado por el autodenominado Estado Islámico. Un camión cargado de explosivos ha estallado en una gasolinera en los alrededores de Hilla, a unos 100 kilómetros al sureste de Bagdad, donde se hallaban decenas de peregrinos chiíes.

La multitud regresaba de la ciudad santa de Kerbala tras el fin de Al Arbaín, la festividad que marca el fin de los 40 días de luto por la muerte en el año 680 d.C. del imán Husein, nieto del profeta Mahoma. Fuentes de seguridad iraquíes han indicado que entre los fieles hay iraquíes, iraníes y bahreiníes.

Una fuente de la policía local, no obstante, ha subrayado que la mayoría de las víctimas son de nacionalidad iraní. La gasolinera y el restaurante contiguo, ubicados en la localidad de Shomali, eran un lugar de paso habitual y muy popular entre los peregrinos iraníes que regresaban a casa. El ataque se ha producido cuando los autobuses repletos de fieles esperaban en el perímetro. "Al menos siete autobuses con peregrinos estaban en ese momento dentro de la gasolinera", ha reconocido un oficial iraquí a Afp.

Un camión bomba conducido por un atacante suicida estalló junto a los autobuses estacionados en la zona de servicio, que llevaba a peregrinos de la Arba'een en Kerbala. Las víctimas eran en su mayoría iraníes. (AP)

Cinco de los vehículos han ardido como consecuencia de la sacudida. Al menos 20 personas han resultado heridas. La gasolinera y el restaurante han quedado reducido a escombros. El balance de víctimas podría aumentar en las próximas horas. Al Amaq, la agencia de noticias afín al IS (Estado Islámico, por sus siglas en inglés), ha reivindicado la autoría en una nota en la que asegura que más de 200 personas han muerto o resultado heridas en la detonación.

A mediados de este mes, en plenos preparativos de Al Arbaín, seis terroristas del grupo yihadista se infiltraron en la villa de Ain Tamar, al oeste de Kerbala. Cinco fueron liquidados por las fuerzas del orden y el sexto detonó el cinturón de explosivos segando ocho vidas. En un comunicado posterior difundido a través de internet, el IS advirtió de que preparaba nuevos ataques contra los miembros chiíes de la policía y el ejército iraquí. La organización considera "apóstatas" a los musulmanes chiíes.

Respuesta a la ofensiva en Mosul

Las huestes del califato proclamado a caballo de Siria e Irak han redoblado los ataques en las últimas semanas en respuesta a las derrotas que sufren en la ofensiva lanzada el pasado 17 de octubre para arrebatarles Mosul. Este jueves las fuerzas de seguridad han anunciado haber recuperado tres nuevos barrios en el este de la segunda ciudad de Irak. Las escaramuzas prosiguen en Zuhur, un distrito densamente poblado que los uniformados asedian desde el pasado domingo. Los morteros lanzados por el IS, los coche bomba y los francotiradores ralentizan los progresos por el callejero de una ciudad en el que permanecen más de un millón de almas.

En el flanco oeste, los "peshmerga" (ejército "de facto" del Kurdistán iraquí) y las milicias chiíes de "Hashid Shaabi" (Movilización popular, en árabe) han acordado coordinar sus acciones un día después de que las fuerzas paramilitares chiíes completaran el cerco sobre Mosul. El siguiente objetivo de "Hashid Shaabi" es aislar a Mosul de Tal Afar, ubicada a unos 55 kilómetros al oeste y habitada hasta la llegada de los yihadistas por turcomanos suníes y chiíes que mantienen lazos históricos con Ankara.

Desde el comienzo de la campaña para reconquistar Mosul, 1.700 militantes del IS han muerto y 120 han sido detenidos, indicó este martes el ministro de Asuntos Exteriores iraquí Ibrahim al Yaafari. Un tercio de la provincia de Nínive, cuya capital es Mosul, ha sido liberada. Fuentes militares calculan que la organización yihadista mantiene aún a entre 5.000 y 6.000 combatientes en Mosul. La amalgama de fuerzas que litigan con los acólitos de Abu Bakr al Bagdadi supera los 100.000 hombres. (Francisco Carrión / El Mundo/La Repubblica)