jueves, 3 de noviembre de 2016

noviembre 03, 2016
HONG KONG, China, 3 de noviembre de 2016.- China ha lanzado hoy con éxito el cohete espacial más potente que ha construido hasta la fecha, el Larga Marcha 5, un artefacto con una potencia similar a los empleados actualmente por el programa espacial estadounidense y que servirán para futuras misiones, como el despliegue de los pesados módulos de la estación espacial, el envío de sondas espaciales a la Luna o Marte o el despliegue de satélites comerciales.

Entre una espesa cortina de humo y fuego, el cohete ha despegado este martes a las 20:43 hora local desde una base situada en la sureña isla de Hainan, en donde permanecía emplazado desde principios de septiembre. Se trata del artefacto más grande de entre todos los que posee China y su capacidad es similar a la del Delta IV Heavy que fabrica Boeing, el más grande de la flota estadounidense.

El lanzamiento del cohete "Larga Marcha 5" desde el centro espacial Wenchang, en la isla de Hainan, a las 8:43 p.m. de hoy jueves, hora de Pekín. (Foto  Space)

La llegada del CZ-5, abreviatura de su nombre en mandarín (Changzheng 5), significa según varios expertos que la brecha entre China y Estados Unidos en el espacio se ha reducido de décadas a años, y que la carrera espacial cambiará profundamente durante en el futuro próximo. El país americano ha construido hasta la fecha los cohetes más poderosos, incluyendo el Saturno V, el más grande de la historia, pero mientras que algunos se han ido retirando, China -que partía con gran desventaja- ha ido recortando diferencias poco a poco.

Para James Clay Moltz, profesor de la US Escuela de Postgrado Naval de California, la importancia del lanzamiento de hoy es inmensa. "El éxito del CZ-5 marcará un gran paso adelante en la capacidad de China para poner cargas pesadas en órbita, tanto civiles como militares", ha reconocido este experto al diario South China Morning Post.

Además también predijo un aumento de la competencia entre ambos países en el espacio. "EEUU tiene un cohete aún más grande que pronto entrará en funcionamiento, el SpaceXs Falcon Heavy, que tendrá el doble de potencia que el CZ-5", ha señalado. "El cohete SLS de la NASA, con su primer lanzamiento programado para finales de 2018, será aún mayor. China espera igualarlo con su proyecto del CZ-9. Así que la competencia para los próximos cinco años ya está muy avanzada".

En su variante más potente, el CZ-5 tiene una altura de 62 metros y un diámetro de 5, con un peso de 867 toneladas. El artefacto es capaz de colocar cargas de hasta 25 toneladas en una órbita terrestre baja, más de dos veces el peso de su máquina más potente hasta la fecha, con lo que mejora considerablemente sus capacidades.

El CZ-5 y sus versiones posteriores con motores más potentes pertenecen a una nueva generación de cohetes que serán usados por China para sus futuros proyectos en el espacio. Entre ellos, el lanzamiento de satélites espía y de comunicación, el envio de los módulos para la estación espacial que planean tener operativa hacia 2022 -la joya del programa espacial chino-, o mandar equipos a la Luna y a Marte, un programa este último que esperan ejecutar en cuatro años según el Diario del Pueblo.

"Sin el Larga Marcha 5, no puede haber ninguna estación espacial ni grandes misiones a otros planetas o satélites. Cada misión espacial comienza con un lanzamiento de cohetes. Ningún otro cohete de la flota china tiene la potencia que tiene este", ha señalado al mismo diario Morris Jones, experto en la manteria que reside en Australia.

El desarrollo del CZ-5 ha estado trufado de dificultades, y el lanzamiento de hoy llega después de años de retrasos. Sin embargo, para Jones esto es un reflejo de la madurez del programa espacial del gigante asiático. "Los cohetes grandes y complejos como este siempre se enfrentan a problemas de desarrollo y demoras. Es fundamental que China no se haya precipitado para hacerlo volar antes de que estuviera listo".

Durante décadas, la brecha tecnológica y espacial entre China y EEUU ha sido gigantesca, tanto que cuando los estadounidenses enviaron la misión Apolo a la Luna, Pekín todavía estaba a punto de lanzar su primer satélite. Sin embargo, en los últimos años, las autoridades chinas han invertido ingentes cantidades de recursos y dinero para desarrollar un programa que rivalice con el de otros países punteros, y este año ha registrado varios éxitos reseñables, como el lanzamiento del primer satélite de comunicación cuántica, la entrada en funcionamiento del mayor telescopio del mundo (el FAST) o la reciente puesta en órbita del laboratorio espacial Tiangong 2.

Vistos los resultados cosechados hoy, se prevé que Pekín utilice el Larga Marcha 5 para enviar una misión robotizada el próximo año que recoge muestras lunares y las traiga de vuelta a la Tierra. Otra de las misiones previstas tendrá lugar en 2018, cuando está previsto que lance el módulo central de la estación espacial, el Tianhe 1, que irá acompañado de al menos otros dos laboratorios de investigación. (Ismael Arana / El Mundo)