martes, 18 de octubre de 2016

octubre 18, 2016
Carlos Loret de Mola Álvarez

Quizá lo más difícil en cualquier investigación de corrupción es cuando se cruzan los prestanombres. Porque cuesta trabajo, muchísimo trabajo, conseguir pruebas para atar sus actuaciones a las de sus jefes.

Javier Duarte de Ochoa, ex gobernador de Veracruz, dice que sólo tiene dos propiedades. Quizá tenga razón. Dos… a su nombre.

Pero lo rodean en su primer círculo íntimo personas con decenas de propiedades, cuentas, nexos que han despertado sospechas.

José Antonio Chara Mansur Beltrán, que fue su secretario de Finanzas, tiene cosa de 16 propiedades en Woodlands, Texas. Arturo Bermúdez Zurita, que despachó en la Secretaría de Seguridad Pública local, 19 inmuebles en México y Estados Unidos. Su concuño José Armando Rodríguez Ayache, una lujosa propiedad en la Torre Pelícano, en Veracruz.


Y el caso que sería de risa, a no ser por la indignación que causa la corrupción, de Moisés Mansur Cisneyros, quien en su herencia puso como beneficiario a Duarte para dejarle tres inmuebles en los cotizados Prado Norte, Masaryk y Campos Elíseos, de la Ciudad de México.

El miércoles de la semana pasada, cuando decidió separarse de la gubernatura, Javier Duarte dijo que a lo mejor su círculo cercano había cometido ilegalidades, pero él no. ¿Cómo probárselo, si no había estrictamente nada que vinculara de manera directa a Duarte con estas propiedades, o por lo menos nada se había hecho público?

El vínculo clave, que podría ser la “prueba madre” de las autoridades contra Duarte, está en la figura de Moisés Mansur. En una conversación que no formó parte de ninguna investigación judicial, pero que fue un interrogatorio que quedó registrado gracias a una cámara oculta, Mansur Cisneyros suelta: “Lo mío, lo que ya me encueraron, eso es, no hay más”.

Acepta así su función de prestanombres de Duarte. ¿Y qué ya le encueraron? Las tres valiosas propiedades en herencia.

Pero Mansur confiesa además que de su cuenta sacó una tarjeta de crédito adicional que pagaba para que la usara Karime Macías, esposa del ex gobernador. Revela que existían otros prestanombres, que asegura tenían a su cargo asuntos más relevantes que los suyos: Francisco Franky García González y Jaime Porres Fernández-Cavada (en una carta de sus abogados, este último se deslinda de las acusaciones y dice que Mansur busca desviar la atención de las denuncias en su contra).

Ayer en Despierta, el noticiario a mi cargo en Televisa, revelamos una serie de documentos que muestran cómo Javier Duarte, en 2007, se deshizo de una propiedad en el Country Club Scottsdale de Maricopa, Arizona, Estados Unidos, vendiéndosela al tío de su esposa por la sorprendente cantidad de ¡diez dólares!

Saciamorbos. ¿Dónde está Duarte? Dice su sucesor, Yunes, que hay versiones de que huyó y se esconde. Duarte prometió que no haría ninguna de las dos. ¿Dónde está Guillermo Padrés? Tampoco se sabe. Lo que indigna es que en ambos casos se veía venir y ¿los dejaron ir?.

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