lunes, 17 de octubre de 2016

octubre 17, 2016
KIGALI, Ruanda, 17 de octubre.- Ayer durante la reunión que convocó a 150 países en Ruanda se llegó a un gran triunfo a favor del clima mundial. La conferencia concluyó que en el futuro los nuevos refrigeradores deberán ser fabricados para que usen menos gases causantes del efecto invernadero.

Estos gases que aceleran el calentamiento global se llaman hidrofluorocarburos (HFC) y son usados en refrigeradores, aires acondicionados y aerosoles, pero se consideran muy nocivos para el medio ambiente.

De acuerdo con el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), los hidrofluorocarbonos son uno de los mayores agentes generadores del efecto invernadero sobre la Tierra y tienen una larga permanencia en la atmósfera.

Con este objetivo en mente, los delegados que se encuentran reunidos en la capital de Ruanda aceptaron reformular el Protocolo de Montreal que se firmó en 1987 y que básicamente obligaba a los países más ricos a reducir el uso de hidrofluorocarburos a partir de 2019.

(Roberto Schmidt/Agence France-Presse — Getty Images)

El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, aseguró en entrevista con la BBC que se trata de “un paso monumental que responde a las necesidades de naciones en particular y que nos da la oportunidad de reducir el calentamiento del planeta medio grado centígrado”, señaló.

Ese, reducir 0,5 grados el calentamiento del planeta, es visto escépticamente por algunos científicos, pero para otros se trata de un gran paso porque pondrá tareas contundentes sobre los países logrando el objetivo de que las naciones ricas reduzcan el uso de hidrofluorocarburos más rápido que los países pobres.

Algunas de las líneas de acción consisten en que  economías más desarrolladas como las que integran la Unión Europea o Estados Unidos comenzarán a limitar el uso de HFC en pocos años y reducir su utilización en al menos 10% a partir de 2019. O que China, el principal fabricante de HFC, empezará a reducir su producción o uso sólo hasta 2029.

Algunos expertos estiman que para 2050  se eliminará alrededor de 70.000 millones de toneladas de dióxido de carbono generado a la atmósfera y otros más críticos aseguran que esa reducción de medio grado podría ni notarse. (El Espectador)