martes, 27 de septiembre de 2016

septiembre 27, 2016
MIAMI, Florida, 27 de septiembre.- José Fernández, el lanzador estrella de los Miami Marlins, fue visto en un bar del río Miami horas antes que su embarcación se estrellara contra un rompeolas frente a South Beach el domingo por la madrugada, accidente en el que perecieron Fernández y dos amigos.

Fernández, de 24 años, falleció cuando la embarcación SeaVee, llamada Kaught Looking y de 32 pies de eslora, se estrelló contra el rompeolas de Government Cut a alta velocidad, dicen los investigadores. El joven pelotero falleció junto con Emilio Jesús Macías, de 27 años, y Eduardo Rivero, de 25. El incidente sigue bajo investigación de la Comisión de Peces y Vida Salvaje de la Florida (FWC).

Los investigadores no han indicado qué hacían los tres jóvenes, o a dónde se dirigían cuando la embarcación, que se desplazaba con rumbo sur, se estrelló contra las rocas en medio de la oscuridad al este de South Pointe Park, después de las 3:00 de la madrugada.

Pero el Miami Herald ha confirmado que Fernández estuvo en el American Social Bar & Kitchen, en Brickell, en algún momento después de la medianoche. Un portavoz del bar dijo que no sabía exactamente a qué hora Fernández estuvo allí, pero reconoció a través de un gerente no identificado que el pelotero estuvo allí, algo que reportó inicialmente TMZ.com. El Daily Mail dice que el pelotero estuvo en el lugar 90 minutos antes del accidente.
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“José Fernández estuvo en American Social. Queremos ofrecer nuestras más sinceras condolencias a los familiares y amigos que comparten el fallecimiento de las tres víctimas de este trágico accidente, y a la organización de los Miami Marlins”, expresa el comunicado.

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La confirmación de que Fernández estuvo en el lugar fue sólo uno de varios detalles que han comenzado a salir a la luz tras el fuerte impacto de la embarcación, que arrancó la cubierta de fibra de vidrio de la parte izquierda del casco y provocó que la embarcación quedara volteada sobre el rompeolas. Dos de los hombres fueron encontrados atrapados debajo de la embarcación y un tercero salió despedido del barco.

Inicialmente, un agente de la FWC dijo que la embarcación no era de Fernández, sino que pertenecía “a un amigo de José que que tiene buenas relaciones con varios jugadores de los Marlins”. El agente Lorenzo Veloz dijo que había visto la embarcación varias veces y que Fernández nunca estuvo al timón del barco.

Pero los investigadores confirmaron el lunes que el Kaught Looking pertenecía al lanzador. Rob Klepper, agente de la FWC, dijo que las comunicaciones iniciales sobre el propietario de la embarcación fueron un simple error.

Aunque no hay un caso penal —todos los afectados por el accidente fallecieron y no habría nadie a quien acusar— la FWC solicitó a la fiscalía una orden para registrar la embarcación.

Un portavoz de la Fiscalía Estatal de Miami-Dade declinó ofrecer detalles.

“La FWC tiene el deber de investigar los trágicos accidentes de embarcaciones como éste”, dijo el portavoz Ed Griffith. “A solicitud de la FWC, la Fiscalía Estatal ha acordado ayudar a esa agencia a reunir toda la información para aclarar completamente lo que sucedió y por qué”.

En un comunicado de prensa, Klepper confirmó que Macías y Rivero estaban en la embarcación de Fernández. Los dos amigos eran graduados de la secundaria G. Holmes Braddock y los dos han estudiado Psicología en la Universidad Internacional de la Florida. Macías, hijo de un detective de la Policía de Miami-Dade, trabajaba en Wells Fargo Advisors. Rivero, aficionado al boxeo, trabajaba para Carnival Cruises.

No está claro si los dos amigos estaban con Fernández cuando salió del bar en Brickell.

La oficina de Medicina Legal de Miami-Dade ya concluyó la autopsia de las tres víctimas, pero ahora los patólogos esperan los resultados de las pruebas de toxicología, según un portavoz de ese despacho. Klepper dijo que no se ha establecido la causa de muerte de las tres víctimas.

Fernández, uno de los mejores y más dinámicos lanzadores del béisbol profesional, debía lanzar el domingo, pero le cambiaron la fecha. En el juego del lunes por la noche, todo el equipo lució su número, el 16.

Afuera de la casa de Kendall que Fernández compró para su abuela, Olga Fernández, una docena de globos con los colores de los Marlins están atados en la entrada. Un letrero escrito con marcador dice “Te vamos a extrañar, José”, con dibujos de corazones, pelotas de béisbol, el logo de los Marlins y el número de la camiseta de Fernández.

Scott Boras, agente de Fernández, llevó flores a la familia el lunes y pasó un par de horas en la casa. Boras perdió el control y rompió a llorar mientras hablaba de Fernández, quien escapó de Cuba en una embarcación que cruzó el Estrecho de la Florida, viaje en el que su madre cayó al agua y tuvo que lanzarse al agua a rescatarla.

“Es muy raro que un cubano que llega, va a la secundaria aquí y se convierte en un talento tan excepcional”, dijo Boras. “Él se convirtió en un modelo para todos los que hacen esa transición”.

En el terreno, dijo Boras, Fernández era un “competidor voraz” que juego tras juego disfrutaba de hablar y pasar tiempo con sus oponentes.

“Era un hombre que sencillamente adoraba a la gente”, dijo Boras.

En una entrevista con el Nuevo Herald, Ramón Jiménez, el compañero de mucho tiempo de la madre de Fernández, dijo que esperaba escuchar de su “hijo” pronto para saber si iba a lanzar el domingo o el lunes. Pero en su lugar recibió una llamada a las 6:00 de la mañana en su casa de Tampa, para informarle del fallecimiento de Fernández.

Cuando el teléfono sonó, pensó que era José.

“Se me vino todo abajo”, dijo Jiménez. “Todavía me resisto a creerlo y pienso que en cualquier momento despertaré de esta pesadilla”.

La familia de Fernández está planeando un funeral público abierto a todos para el jueves. No se han anunciado otros detalles.

Macías y Rivero también dejaron atrás familias y amigos adoloridos.

A Rivero le gustaba boxear y asistía regularmente a un gimnasio de Wynwood propiedad de Matt Baiamonte.

Rivero estaba allí el sábado, entrenando, dijo Baiamonte.

“Vino corriendo hasta donde yo estaba y me dio un fuerte abrazo”, dijo Baiamonte. “Es un gimnasio pequeño, somos como una familia”.

Conocido como “Eddy Green Eyes” (Eddy Ojos Verdes), Rivero había encontrado el gimnasio a través de fotos en Instagram y se entrenaba duro, y con frecuencia hacía sparring los viernes por la noche. “El muchacho tenía buena pegada”, indicó Baiamonte.

El año pasado, llevó a Fernández, quien planeaba comenzar a entrenar allí después de la temporada de béisbol.

“Yo ni siquiera sabía quién era”, señaló Baiamonte del lanzador estrella. “Era un muchacho humilde. Estaba feliz de estar en el gimnasio”.

Rivero, quien trabajaba en ventas en Carnival, se hizo gran amigos de Bernal hace unos años.

“Tenía una novia y quería comenzar una vida con ella. Trabajaba duro para salir de lagunas deudas y crear un futuro con su novia”, dijo Bernal. “Era uno de mis mejores amigos. Yo hablaba con Eddy tanto como con mi esposa. Era una persona humilde y generosa. Una de las personas más generosas que haya conocido”. (El Nuevo Herald / Daily Mail)