martes, 27 de septiembre de 2016

septiembre 27, 2016
NUEVA YORK / MIAMI / CIUDAD DE MÉXICO, 27 de septiembre.- Con el 62 por ciento de los votos a su favor, la candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Hillary Clinton, ganó el debate que anoche sostuvo con su opositor del partido republicano, Donald Trump, de acuerdo con una encuesta realizada por la cadena de noticias estadounidense CNN. Las elecciones serán el 8 de noviembre.

Aunque la televisora informó que sólo el 27 por ciento de las personas consultadas expresó su respaldo al magnate neoyorquino, analistas y expertos políticos no ven un claro ganador del primero de los tres debates que sostendrán los aspirantes a la Casa Blanca, considera SDP.

En opinión de Carlos Rodríguez, director de Bloomberg News México, el vencedor se definirá con base en las encuestas que se hagan públicas en los próximos días.

En tanto, la analista política Ana María Salazar consideró que el candidato republicano podría ser el ganador, dado que no cometió un error garrafal como se esperaba.

“En otro mundo, Hillary Clinton hubiera sido la gran ganadora, se nota su experiencia, que conoce los temas; Donald Trump en cambio habla con palabras de niño de cuarto de primaria, pero ante la situación que tenemos ahora, de cómo se califica a los candidatos, me temo que dirán que ganó Donald Trump”, sostuvo Ana María Salazar.

Enlace a nota con galerías y vídeos en La Repubblica. (Foto AFP)

El sondeo fue realizado entre 521 votantes registrados que vieron el debate, por lo que la proporción de demócratas y republicanos no necesariamente refleja la distribución demográfica nacional.

En grupos de enfoque realizados por la propia cadena en el estado de Florida con votantes indecisos, un total de 18 de 20 electores consideró a Clinton como la ganadora.

México se convirtió en el tema central de la primera parte del debate, cuando el candidato republicano acusó a este país de robar los empleos estadunidenses y criticó que el Tratado de Libre Comercio era el peor que se había negociado.

El republicano volvió a la carga sobre México en dos ocasiones más. No habló del muro que quiere construir en la frontera entre los dos países para evitar la migración, pero sí dijo que “nuestros empleos están huyendo del país, están yendo a México (…) Tenemos que impedir que sean robados nuestros empleos”.

Por su parte, Clinton no hizo ninguna mención de México durante el debate realizado la noche del lunes 26 de septiembre.

Aunque el tema de inmigración no fue cuestionado en los 90 minutos del debate, Trump se refirió brevemente a los inmigrantes al hablar sobre los problemas raciales que enfrenta el país.

“Tenemos pandillas en las calles y en muchos casos son de inmigrantes ilegales, que matan gente”, expresó el magnate republicano al hablar sobre las tensiones raciales.

El empresario afirmó que el país necesita “la ley y el orden” para poder terminar con la segregación racial y señaló que en los vecindarios pobres, la comunidades de afroestadounidenses e hispanos “están viviendo un infierno porque es muy peligroso”.

Clinton, por su parte, dijo que “muchos afroestadounidenses, muchos latinos, han llegado a la cárcel” y explicó que “si usted es afroamericano tiene más probabilidades de ir a la cárcel” que si es de la raza blanca.

Tras la primera parte con las referencias a México, el debate –moderado por el presentador de noticias de la cadena NBC, Lester Holt– siguió sobre impuestos en EU, problemas raciales, seguridad cibernética y  Medio Oriente.

Enlista Animal Político las frases de Clinton y Trump sobre migración, latinos y México:

Donald Trump

    El TLC “es el peor pacto comercial de la historia” de Estados Unidos. El apartidista Servicio de Investigación Congresional ha dicho que ese acuerdo de 1994 tuvo un impacto “relativamente pequeño” en la economía de Estados Unidos.

    “Cuando nosotros vendemos en México hay un impuesto (…) cuando ellos venden en EU no hay impuestos”.

    “Nuestros empleos se están yendo del país, se están yendo a México y a muchos otros países… Ford se marcha, miles de empleos se van de Michigan, se van de Ohio (…) Se marchan, y se marchan a una escala más grande que nunca”. Sin embargo, no hay datos oficiales sobre flujos de empleo entre países. Ford, por ejemplo, anunció el traslado de su producción de vehículos pequeños a México, pero la empresa aseguró que no recortará empleos en EU. La economía estadounidense ha creado casi 14,9 millones de empleos desde 2010, cuando la economía tocó fondo tras la recesión.

    En México “están construyendo algunas de las mejores plantas, de las más sofisticadas plantas del mundo. En Estados Unidos no pasa eso”

    “Tenemos que frenar el robo de nuestros empleos”.

    “Tenemos pandillas en las calles y en muchos casos son de inmigrantes ilegales, que matan gente”.

    Las comunidades de afroestadounidenses e hispanos “están viviendo un infierno porque es muy peligroso”.

Hillary Clinton

    “Tenemos diferentes puntos de vista acerca de qué es lo mejor para el crecimiento  de la economía. Cómo hacer inversiones que realmente produzcan trabajos y un aumento de los ingresos (…) Donald fue muy afortunado en su vida y todo ha sido a su beneficio”.

    “Lo que creo es que entre más hagamos por la clase media, lo más que podamos invertir en ella, su educación, sus habilidades para el futuro, más creceremos. Esa es la clase de economía que quiero ver otra vez”.

    “Muchos afroestadounidenses, muchos latinos, han llegado a la cárcel”.

    Trump “tiene un largo historial de asumir comportamiento racista”.

    “Este es un hombre que llama a las mujeres cerdos, flojas y perras”.

    “Trump me criticó por haberme preparado para este debate. ¿Saben también para lo que estoy preparada? Para ser presidenta”.

Racismo e insultos a las mujeres

Durante el debate, Clinton llamó a Trump “racista”, y además criticó los comentarios que ha hecho sobre las mujeres.

Ante millones de televidentes y cibernautas, Clinton acusó a Trump de basar su campaña presidencial en la “mentira racista” de sugerir que el primer presidente afroamericano de Estados Unidos, Barack Obama, no nació en el país.

“No había absolutamente ninguna evidencia, pero él persistió año tras año” en esa afirmación, ratificó Clinton en el debate celebrado en la Universidad Hofstra, y moderado por el periodista afroamericano Lester Holt.

Trump, quien interrumpió repetidamente a Clinton y gesticuló mientras ella hablaba, fue acusado además de discriminar a afroamericanos que buscaban rentar departamentos de su propiedad en Nueva York.

“Tiene un largo historial de asumir un comportamiento racista”, remató Clinton.

Trump nunca rechazó ser racista o discriminatorio, y se limitó a señalar que la demanda en su contra incluyó a otros propietarios de edificios de Nueva York.

Además, Clinton trajo el tema del tratamiento de Trump hacia una mujer latina, la exMiss Universo venezolana Alicia Machado, a quien Trump llamó “Miss Piggy”, y agregó que la modelo “ya es ciudadana y va a votar este mes de noviembre”.

¿Quién ganó el debate?

La candidata presidencial demócrata arrasó esta noche a su rival republicano Donald Trump en el primero de tres debates electorales, de acuerdo con un sondeo de la cadena CNN.

Un 62 por ciento de votantes registrados consideró que Clinton fue la ganadora, frente a 27 por ciento que le dio el triunfo al millonario estadounidense.

El sondeo fue realizado entre 521 votantes registrados que vieron el debate, por lo que la proporción de demócratas y republicanos no necesariamente refleja la distribución demográfica nacional.

“La pregunta de los impuestos lo debilitó (a Trump), la pregunta del acta de nacimiento de (el presidente Barack) Obama lo destruyó”, dijo Frank Luntz, el encuestador demócrata y quien condujo un grupo de enfoque que siguió el debate de manera independiente.

Adam Nagourney, de The New York Times, señaló que Trump no mejoró su imagen para las mujeres votantes, los moderados, los afroamericanos y quienes tienen dudas de sus calificaciones para ser presidente.

María Ramirez en Univisión: Donald Trump perdió este lunes la oportunidad de presentarse como un político más tranquilo y más serio en su primer debate contra Hillary Clinton. El candidato republicano resopló, adoleció de falta de preparación y reaccionó nervioso a las provocaciones de la demócrata.

Clinton y Trump empezaron con cortesía el debate en la Universidad de Hofstra, en Long Island. Se dieron la mano sonrientes y él le dio una palmada en la espalda. En el primer intercambio, Clinton dijo que estaba contenta de estar con "Donald" y él subrayo que estaba "de acuerdo con Hillary" en parte del diagnóstico sobre el estado de la economía.

Pero nada más llegar la segunda pregunta, Clinton consiguió enervar a Trump al mencionar que no había empezado su negocio de la nada, sino con 14 millones prestados de su padre.

Trump la interrumpió repetidamente levantando la voz entre resoplidos por la nariz y algún jadeo como si le faltara el aire. Clinton sonreía; Trump la miraba con mal gesto los momentos en los que la escuchaba. Ella le llamaba "Donald" y él pasó de un cordial "Hillary" a un distante "secretaria Clinton".

Clinton raramente interrumpía a Trump. Le miraba y esperaba su turno para responder con detalles.

La leccion aprendida

La exsenadora y ex secretaria de Estado, veterana de debates, tenía aprendida la lección.

Repetía las palabras de Trump en el pasado y mencionaba particulares sobre sus quiebras o sus cuentas sin pagar. Uno de sus objetivos era remarcar el contraste entre el heredero Trump con una imagen más humilde de su familia. Clinton, que ahora es millonaria, mencionó tres veces a su padre e insistió en que tenía un pequeño negocio textil.

Cuidadosa, Clinton citó a una de las personas más populares en Washington, Michelle Obama, y alabó al presidente, que también tiene un índice de popularidad inusualmente alto para un comandante-en-jefe al final de su segundo mandato.

La candidata demócrata tenía frases ensayadas, como "eso no es exacto" y "Donald, vives en tu propia realidad", sin levantar la voz ante las interrupciones de su rival.

Trump apuntilllaba a menudo lo que decía Clinton, a veces con humor. Cuando Clinton propuso que los espectadores consultaran su web, Trump añadió: "¡Mirad la mía también!". La improvisación es su fuerte. La candidata dijo con ironía que su rival le iba a echar la culpa de todo y él añadió: "¿Por qué no?"

Durante hora y media se notó el desequilibrio de preparación entre ambos candidatos.

Una de sus frases más poderosas de la noche fue la de Clinton: "Donald me ha criticado por prepararme para este debate. Sí, lo hice. ¿Y sabes para qué otra cosa me preparé? Para ser presidenta. Y creo que eso es una buena cosa".

Puntos débiles

Trump no supo reaccionar para defender sus puntos débiles, como su negativa a publicar sus impuestos, su mentira de que el presidente Barack Obama no ha nacido en Estados Unidos o su apoyo a la invasión de Irak (que luego retiró). Fueron sus momentos más bajos de la noche.

Clinton estaba más preparada para responder a las preguntas sobre el uso de su email privado. A diferencia de otras ocasiones en las que reaccionó a la defensiva y dio muchos detalles, Clinton cortó el debate reconociendo que había sido "un error" utilizar su propio correo electrónico.

Trump controló mejor los ataques contra Clinton por haber apoyado el acuerdo comercial de NAFTA y fue hábil a la hora de subrayar que sus años de experiencia en Washington se pueden volver contra ella. Pero incluso en este punto Trump demostró sus nervios al decir que Clinton había "estado luchando contra el ISIS toda su vida adulta".

El candidato republicano también interrumpía al moderador, Lester Holt, que participó poco en el debate y dejó que los candidatos se pelearan entre sí con pocas intervenciones. Varias veces le cortó y se quejó de sus preguntas o sus comentarios.

Los nervios

La tensión por la noche era alta. Nunca se había emitido un debate presidencial ante una audiencia potencial tan alta entre televisión, Twitter y Facebook. Y raramente se había jugado tanto en unas elecciones presidenciales.

Antes del debate, los portavoces de las dos campañas negaban estar nerviosos mientras intentaban a ratos defender a su candidato y a otros bajar las expectativas sobre lo que sería capaz de hacer.

Hace cuatro años, el ambiente era más tranquilo y anodino en la misma sala de prensa y en el mismo pabellón en Hofstra. Aquí se enfrentaron Barack Obama y Mitt Romney, entonces en el segundo debate presidencial. El presidente y el exgobernador de Massachusetts compartían la cortesía, el conocimiento de las políticas públicas y cierto grado de seriedad.

El reto de Trump era parecido al de Ronald Reagan en el debate de 1980: parecer serio y tranquilo, en definitiva una apuesta no tan descabellada para los votantes que quieren cambio. En los debates de las primarias, Trump se refirió al tamaño de su pene, llamó mentiroso a Ted Cruz y le propuso a Jeb Bush que se presentara su madre. El margen de mejora era grande.

El lunes en Hofstra, Trump no dijo nada escandaloso y no profirió ni palabras malsonantes ni insultos contra Clinton. Pero pareció enfadado e inseguro gran parte de la noche.

Para Trump, el debate era una oportunidad de demostrar en directo y bajo presión su nueva estrategia de relativo autocontrol. Pero sin teleprompter para leer el mensaje preparado por equipo, con más tiempo para hablar y una rival para cuestionarle. Le faltaron detalles. A menudo contestaba con "error, error", sin argumentar su punto.

Trump en la 'spin room'

Tras el debate, el propio Trump salió a la sala de prensa para anunciar que había ganado el debate y que no había nada que hubiera hecho de manera diferente. La llamada spin room, la zona donde los portavoces de las campañas intentan convencer a los reporteros que su candidato ha ganado, está habitualmente reservada para congresistas y estrategas de la campaña.

Es raro tener a un candidato paseándose ante las cámaras. El candidato dijo haber disfrutado la experiencia del debate y también aprovechó la ocasión para amenazar con que en el próximo debate hablará de la infelidad de Bill Clinton. Su reacción después del encuentro también se salió del guión de candidato aburrido y presidencial que esperaba su campaña para esta noche.

Clinton tenía una misión más complicada por las expectativas más altas sobre ella dado el control que tiene sobre políticas públicas y su larga experiencia en debates. Tenía que parecer en control de la situación, rebatir las mentiras de Trump sin rebajarse a los insultos e intentar hacerse simpática y cercana para superar la desconfianza que suscita en los votantes.

La campaña de Clinton había sugerido antes del debate que Trump sería "aburrido". Su estratega John Podesta comentaba satisfecho después: "¿Su temperamento? Es mucho más de lo que podíamos haber esperado".

Los desganados

El debate era una ocasión importante para que los votantes se decidieran o se reconciliaran con sus candidatos. Las últimas encuestas muestran un empate entre ambos candidatos y poca confianza en la persona que salga elegida el 8 de noviembre. Sólo un tercio de los votantes creen que Clinton sería una buena presidenta y apenas un cuarto opina que lo sería Trump, según un sondeo de Gallup. En estas circunstancias, hay menos estadounidenses seguros de que votarán en las presidenciales que hace cuatro años.

En las últimas semanas, Trump ha presumido de que no estaba ensayando con debates ficticios y que tenía miedo de "prepararse demasiado". Clinton lleva estudiando los detalles de sus propuestas y el perfil de su rival desde agosto con horas de escenificación de debates.

A unos pasos del edificio donde Clinton y Trump debatieron este lunes por la noche, una viejo marcador verde oscuro del equipo de fútbol de Hofstra, los Jets, muestra una lema: "La voluntad de ganar no es nada en comparación con la voluntad de prepararse".

El Nuevo Herald dice qué es lo primero que planea hacer Donald Trump después del debate del lunes por la noche: Reunirse con hispanos de Miami. Esta vez en serio.

La campaña del candidato republicano ha pedido a unos 150 hispanos del sur de Florida que participen en una reunión participativa el martes a las 2 de la tarde en el Centro Koubek del Miami Dade College, dijeron al Miami Herald varios de los invitados.

Esta será la primera actividad pública de Trump después del primer debate con Hillary Clinton. Trump planea una actividad de recaudación de fondos en Miami de $25,000 dólares por persona.

La campaña de Trump programó dos reuniones de menor escala con hispanos de Miami durante el verano, pero hubo que suspenderlas. Un almuerzo programado para el 8 de julio en el restaurante Versailles fue cancelado después de un tiroteo mortal de policías en Dallas. La actividad fue programada de nuevo para el 26 de julio, pero la suspendieron porque la mayoría de los invitados no podía asistir.

La actividad de mañana se contempló inicialmente para el martes pasado. La campaña llegó incluso a reservar un local en la Universidad Internacional de la Florida. Pero la reunión, junto con las actividades de recaudación de fondos programadas para el día siguiente después de una escala de campaña de Trump en Fort Myers, fueron pospuestas para que el candidato pudiera regresar a Nueva York y reunirse con el presidente egipcio.

Las encuestas muestran una contienda empatada en la Florida, pero Trump marcha por detrás de Clinton entre los hispanos en todo el estado. Una encuesta reciente muestra que los cubanoamericanos de la Florida, quienes se inclinan con fuerza por los republicanos, favorecen a Trump sobre Clinton, pero por un margen mucho más estrecho que los de otros candidatos republicanos en el pasado.

Trump se dirigió específicamente a los electores de origen cubano y venezolano cuando visitó por última vez Miami hace dos semanas. Durante ese viaje, también se sentó a conversar con un pequeño grupo de haitianoamericanos.

Después de la reunión del martes, Trump se dirigirá a Melbourne para una actividad de campaña a las 7 p.m.