sábado, 17 de septiembre de 2016

septiembre 17, 2016
Mark Scott y Mike Isaac / The New York Times

La imagen: una niña de nueve años desnuda se aleja de las bombas de napalm durante la guerra de Vietnam, con el rostro cubierto de lágrimas. La fotografía de 1972, que ganó el premio Pulitzer, se ha usado incontables veces desde entonces para ilustrar los horrores de los conflictos armados modernos.

¿Así sería aceptable la foto para Facebook?

Sin embargo, para Facebook la imagen de la niña, Phan Thi Kim Phuc, violaba sus estándares de desnudez. Así que después de que un autor noruego publicó imágenes sobre el horror de la guerra e incluyó la mencionada foto en Facebook, la empresa la eliminó.

Eso desató una fuerte reacción respecto de la manera en la que Facebook censura imágenes. Cuando un diario noruego llamado Aftenposten protestó por considerar injusta la eliminación de la foto, miles de personas en todo el mundo respondieron  con un acto de desobediencia civil virtual publicando la imagen de Phuc en sus muros y, en algunos casos, retando a la empresa a tomar acción. Unas horas después del contraataque, Facebook aceptó la foto.

“Normalmente se asumiría que la foto de una niña desnuda viola los estándares de nuestra comunidad, y en algunos países incluso puede calificarse de pornografía infantil”, se lee en una declaración hecha por Facebook. “En este caso, reconocemos la historia y la importancia mundial de esta imagen para documentar un momento específico de la historia”.

Este revés subraya la creciente postura de Facebook como árbitro de los medios de comunicación masiva. Aunque la red social se resiste a ser considerada una entidad mediática (su presidente, Mark Zuckerberg, dijo hace poco ante un grupo de universitarios italianos que Facebook es “una empresa de tecnología, no una empresa de medios”), muchos utilizaron el alboroto causado por la foto de la guerra de Vietnam para pedir al gigante de Silicon Valley que reconozca el control que ejerce sobre los artículos, videos e imágenes que la gente consume.

“Mark Zuckenberg puede resistirse a la definición todo lo que quiera, y decir que Facebook es una empresa de tecnología en apogeo, y no una empresa de medios”, mencionó Emily Bell, directora del Centro Tow de Periodismo Digital en la Universidad de Columbia. “Sin embargo, hoy en día es posible que una empresa sea ambas cosas”.

En una carta abierta a Zuckerberg, Espen Egil Hansen, el editor en jefe de Aftenposten, sostiene que Facebook desempeña un papel predominante en la manera como la gente de todo el mundo percibe la información, y que no debe restringir los tipos de periodismo que pueden verse en línea.

“Mark Zuckerberg es el editor en jefe más poderoso del mundo”, dijo en una entrevista Hansen, cuyo periódico impreso tiene una circulación de 200.000 ejemplares. “Mañana habrá otra foto. Facebook tendrá que responder a ello”.

La frecuencia con la que Facebook ha tenido que responder a cuestionamientos sobre su papel mediático ha aumentado en los últimos 18 meses. En mayo, la empresa tuvo que enfrentar reportes de que algunos editores que trabajaban en su sección de “Temas actuales” (un espacio dentro del sitio donde Facebook presenta algunas de las historias trending en la red) estaban suprimiendo contenido político conservador.

Hace poco Facebook despidió al equipo de Temas actuales y anunció que recurriría solo a las decisiones tomadas por los algoritmos para mostrar las historias en el sitio. En las semanas posteriores a esto, algunos han pedido a Facebook que reconsidere esta postura, pues han aparecido varias noticias falsas en esa sección.

El año pasado, Facebook también tuvo que hacer una revisión de los estándares de la comunidad después de que se eliminaron fotos de mujeres que amamantaban de sus muros de Facebook.

La influencia editorial de Facebook va más allá de los Temas actuales. La empresa, que tiene 1,71 mil millones de miembros en todo el mundo, continuamente afina y actualiza los algoritmos que controlan la sección de noticias, el flujo de actualizaciones de estado, artículos noticiosos, fotos y videos que es donde la mayoría de los usuarios pasa el mayor tiempo. Esos cambios afectan el tipo de contenido que la gente ve más a menudo (fotos de amigos y familia, por ejemplo, en lugar de noticias), lo que puede tener un efecto sobre lo que la gente comparte en la red.

Muchos de los medios más importantes a nivel mundial, desde The New York Times y The Guardian hasta Vice y BuzzFeed, también dependen cada vez más de Facebook para comunicarse con los usuarios de la red social. Una cantidad creciente de empresas de medios y analistas han expresado su inquietud respecto de que Facebook esté teniendo demasiada autoridad sobre la manera en que se divulga la información.

La conmoción que causó la foto de Phuc, también conocida como la “Foto de la niña del napalm”, comenzó cuando Tom Egeland, un autor noruego, escribió una publicación en agosto que incluía siete fotos sobre la historia de los conflictos armados. Una de ellas era la imagen de Phuc, que Facebook eliminó con el argumento de sus políticas.

Facebook utiliza una combinación de algoritmos y moderadores humanos para revisar las fotos que pueden romper sus reglas. En este caso, uno de los algoritmos de Facebook etiquetó la foto para su eliminación, a lo que dio seguimiento un editor humano, de acuerdo con una persona de la empresa que habló con la condición de que se mantuviera su anonimato, puesto que no estaba autorizada a hacer comentarios públicos.