lunes, 29 de agosto de 2016

agosto 29, 2016
Salvador García Pérez*

La verdad jamás entenderé a las personas que disfrutan torturando animales... ¿acaso algún perro, gato u otro animal los mordió, o que les pasa?, si a ti no te agrada ningún animal eres libre para que no te agraden, pero ¡no los maltrates!...los animales tienen derechos, también son seres vivos como tú, ¿te parece que un ser racional haría algo así?, yo no lo creo, entonces te pregunto, ¿quién es el animal?... 

A los niños o adolescentes mientras maltratan a un animal, ya sea porque les mordió o simplemente por placer, les parece gracioso lo que hacen, sin embargo aunque muchos lo nieguen, es la antesala para que al llegar a la etapa adulta, se transformen en asesinos seriales, y esto es porque al no detener esas actitudes a tiempo, la mente de estas personas se distorsiona, el dolor ajeno les produce placer, y no se detienen ahí, continúan con un niño, después una presa más grande hasta llegar a otro adulto... a veces ante la agresión de un animal, en lugar de alejarte, buscas vengarte, devolviendo la agresión, pero triplicada, y es cuando el sadismo surge en ese ser humano agredido...Como la noticia siguiente que encontré en Internet:


Me parece una total contradicción que tu último deseo antes de morir sea ASESINAR, es incoherente, antinatural, no lo comprendo, ¿es acaso que esta niña pretende llevarse a alguien con ella a la otra vida para que le haga compañía? es un deseo bizarro y enfermizo.

El ser humano es el responsable de la gran cantidad de perros que habitan en las calles, pues, lejos de procurar bienestar a sus mascotas, las abandonan o descuidan, no las resguardan habilitando rejas  alrededor de sus predios, por lo que el animal queda libre, a la deriva en las calles...

Asesinar a los perros que viven en las calles (por irresponsabilidad de sus dueños) no es la solución al problema, es un escape fácil, mezquino, cruel, inhumano, e irracional, pues el hombre, ha decidido no reconocer su responsabilidad en este asunto, por lo que prefiere la salida "simple", deshacerse del problema (que son los perros), asesinándolos cruelmente, en una vorágine de violencia sin sentido, que lo único que demuestra es la falta de sensibilidad y capacidad para asumir las consecuencias de sus propios actos...

Los seres humanos vivimos una época diferente, es el Siglo XXI, por lo que no es posible que en estos tiempos sigamos auspiciando eventos como las corridas de toros; no estamos avanzando, sino retrocediendo en lo que se supondría un avance hacia una conciencia superior propia del siglo en el que estamos, tal parece que no comprendemos la importancia de abandonar las prácticas bárbaras, en las que el sufrimiento es el factor principal de la "diversión" que se torna sádica en el ser humano...Disfrutar espectáculos como la "tauromaquia" solo demuestra que en realidad no somos la raza más inteligente sobre el planeta, sino la más insensible y cruel.

El hombre cuando respeta todo lo existente, está en un estado de equilibrio consigo mismo y su entorno, lo que lo lleva a “mostrar” aquello que está en su interior. No se le puede considerar Arte a la tauromaquia, porque el sufrimiento, la sangre y el dolor de un animal que mira impotente cómo lo hieren hasta la muerte NUNCA puede ser considerado "Arte"... Es una atrocidad lo que sucede en México, nos quejamos de la violencia que impera en el país, pero, Señores, piensen un poquito, la violencia se fomenta desde las actividades que ven nuestros hijos por televisión, o los eventos a los que acuden, como adultos somos ejemplo para los niños, si el niño ve a su padre disfrutando el sufrimiento de un toro (en una corrida), también lo disfrutará, porque lo aprendió de su padre, así pues, el niño disfrutará maltratando a un gatito, o perro de la calle, ¿qué es lo le estás enseñando a tu hijo?, reflexionen, respetar la vida no es chiste, no es de risa, es algo serio que nos involucra a todos los seres humanos.

*Licenciado en Humanidades y Filosofía egresado de la UMSA Universidad Mesoamericana de San Agustín (UMSA)