miércoles, 22 de junio de 2016

junio 22, 2016
ROMA, Italia, 22 de junio.- El año pasado, en poco más de dos semanas, desde mediados de mayo hasta principios de junio, una misteriosa epidemia diezmó las poblaciones de saiga (Saiga tatarica) de Kazajistán. Murieron más de 200 mil ejemplares de esta rara especie de antílope, reduciendo a la mitad a la ya amenazada población de Asia Central.

Las causas de la epidemia, que en forma de diarrea aguda y crisis respiratoria mataba a los antílopes en unas pocas horas, aún no están claras, pero fue, según los científicos, una infección bacteriana grave.

La epidemia ha sido un duro golpe para este pequeño y divertido antílope que data de la era glacial, ya clasificado en 2002 como una especie en grave peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (Iucn). Antes del virus la principal amenaza para los saigas era la caza furtiva (tanto por la carne como por los cuernos de los machos, que se utilizan en la medicina tradicional asiática) y la pérdida de hábitat.

Saigas.

A pesar de las dificultades y amenazas que en las últimas décadas han reducido la población de saigas el 95 por ciento, parece que estos mamíferos de estepa no tienen ninguna intención de extinguirse. Una investigación reciente, llevada a cabo del 18 de abril al 3 de mayo, reveló que el número de ejemplares de las tres poblaciones de saigas de Kazajistán está creciendo.

"La restauración de la población de saigas en Kazajistán es un signo de esperanza después de la mortandad catastrófica de 2015", dijo Bradnee Salas, secretario ejecutivo de la Convención sobre Especies Migratorias (Cms).

La investigación, llevada a cabo por el Ministerio de Agricultura de la República de Kazajistán, en colaboración con la Asociación para la Conservación de la Biodiversidad de Kazajistán (Acbk), ha detectado la presencia de un total de 108,300 saigas adultos. La población del oeste de Kazajistán actualmente cuenta con cerca de 70,200 ejemplares, frente a 51,700 en el censo de 2015, mientras que la población que habita en la región de Ustyurt tiene cerca de 1,900 individuos, frente a 1,200 en 2015. En cuanto a la tercera población, la de Betpak-Dala, tiene aproximadamente 36,200 ejemplares. "El número de animales estudiados está muy por debajo de los 242 mil ejemplares contados en 2015 antes de la epidemia -dijo Albert Salemgareyev, biólogo del Acbk- pero estamos agradecidos por este aumento que nos da esperanza para la supervivencia de la especie". (Lorenzo Brenna / lifegate.it)