martes, 7 de junio de 2016

junio 07, 2016
Carlos Loret de Mola Álvarez / Historias de reportero

Las elecciones de este domingo lo confirmaron: el nuevo gran motor de la ciudadanía es la corrupción.

Si antes se daba por hecho que la gente votaba con el bolsillo, ahora se puede deducir que vota con el hígado. Si antes el rumbo de la economía hacía a un partido caer o mantenerse, ahora es la indignación, la rabia, la urgencia de un Ya Basta a la corrupción lo que hace cruzar las boletas electorales.

Lo empezamos a leer en los comicios del año pasado:

1.- Perdió el PAN en Sonora donde se denunció el enriquecimiento inexplicable del gobernador Guillermo Padrés, traducido en cuentas y ranchos.

2.- Sucumbió el PRI en Nuevo León con un Rodrigo Medina quien, finalmente, desde el viernes tiene que enfrentar la acusación oficial de un desfalco de más de tres mil millones de pesos.

3.- También cayó el PRI en Michoacán de Fausto Vallejo, cuya administración se volvió el símbolo más reciente de la narcopolítica.

4.- Se desplomó el PRD en la Ciudad de México, con un duelo entre Marcelo Ebrard y Miguel Ángel Mancera disputando las irregularidades multimillonarias por la construcción de la Línea 12 del Metro.

La jornada de antier refuerza la teoría de que la corrupción está siendo el más importante factor de decisión frente a una boleta electoral:

5.- Perdió el PRI en Veracruz de Javier Duarte, el peor gobernador del país, acusado de reprobar en prácticamente en todas las áreas de la administración pública y sobre quien se anticipan graves problemas legales por una sabrosa variedad de delitos.

6.- Cayó también el PRI, tras una mala selección de candidato, en Quintana Roo de Roberto Borge, quizá el segundo peor gobernador, con una lista de denuncias que van desde el exagerado endeudamiento público hasta el enriquecimiento ilícito.

7.- Igualmente fue derrotado el PRI en Tamaulipas, tras una sucesión de gobiernos que han entregado la entidad al crimen organizado, por los que deben y deberán responder ante tribunales personajes repudiados como Tomás Yarrington, Eugenio Hernández y Egidio Torre.

8.- Al PRI también se le fue Chihuahua, cuyo mandatario César Duarte está acusado “nada más” de haberse comprado un banco con dinero público.

9.- El PRI tropieza por primera vez en Durango, con dos mandatos que sirvieron de manto protector a Joaquín El Chapo Guzmán, según acusaciones hasta de la Iglesia.

10.- Pero no sólo es el PRI: su oposición pierde en Oaxaca de Gabino Cué, un gobernador inexistente en cinco de los seis años de su administración, durante los que estuvo sometido por la CNTE y López Obrador, y quien además habría amasado una fortuna a expensas del presupuesto de uno de los estados más pobres del país; y el PRD repite derrota en la Ciudad de México.

La señal es bastante contundente.

SACIAMORBOS. ¿Están escuchando, inútiles?

historiasreportero@gmail.com