miércoles, 1 de junio de 2016

junio 01, 2016
Carlos Loret de Mola Álvarez / Historias de reportero

La última semana nos ha recordado que en Chiapas todo se vale:

En Chiapas un grupo de encapuchados puede entrar a una reunión del Congreso y secuestrar a dos legisladores de los de más alto mando, decir que los van a “retener”, jalonearlos hasta romperles la ropa y vestirlos de mujer para humillarlos… y el gobierno dice que el presidente del Congreso y el coordinador de la bancada del partido gobernante sólo están negociando con la población.

En Chiapas a una presidenta municipal la pueden destituir por la vía de la violencia con el simple argumento de que es mujer y eso no les gusta a los hombres que quieren regirse por “usos y costumbres”… y el gobierno avala que entre otro alcalde al relevo.


En Chiapas por un conflicto político previsible entre dos viejos bandos se puede armar una balacera, y morir en ella una niña y un señor… el gobierno dice que son conflictos internos, que está investigando.

En Chiapas dos directoras de escuela pueden ser rapadas en público porque se negaron a sumarse al paro convocado por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y prefirieron dar clases a sus alumnos. La CNTE las puede ubicar, mandar a sus porros a detenerlas y sentarlas frente a las cámaras para raparlas en público. El líder local de la CNTE puede declarar públicamente que se lo tienen bien ganado, para que aprendan a no traicionar al movimiento… y el gobierno no mete las manos, sino que por el contrario, sigue entregando el control de la educación con todo y su presupuesto a ese grupo.

En Chiapas, en una semana, en sólo una, el secuestro de dos dirigentes legislativos, la destitución violenta de una alcaldesa, un doble asesinato con tintes políticos y la humillación pública de quienes disienten con un movimiento que dista mucho de ser democrático.

¿Y Manuel Velasco? ¿Y el gobernador de Chiapas? No se le ve, no se le siente, parece que no existe.

¿Estará grabando spots? ¿Posando para su omnipresente publicidad? ¿Acordando alguna portada de revista del corazón? ¿Operando políticamente en favor su partido, el repudiado Verde Ecologista de México, de cara a las elecciones de este domingo?

Manuel Velasco está mermado en Chiapas. No tiene control, le falta mando. La debacle educativa del estado lo exhibe:

Lo que antes era Oaxaca ahora lo es Chiapas. Chiapas es el nuevo bastión de la CNTE. La Coordinadora tiene control de la sección sindical local y el gobierno estatal se colude con ellos para nutrirlos de dinero al amparo de la ley y de favores políticos al margen de ella.

Lo peor: de nada sirvió cambiar al secretario de Educación estatal para tomar el control de la dependencia, de nada sirvió congelar cuentas de la CNTE para que no financiaran los paros. Las dos medidas que en Oaxaca generaron un cambio radical de la realidad educativa, en Chiapas han sido fallidas. Sólo hay una diferencia: el gobernador. En Chiapas parece que no está.

historiasreportero@gmail.com