martes, 10 de mayo de 2016

mayo 10, 2016
CARACAS, Venezuela, 10 de mayo.- "No vamos a aceptar ni burlas ni chantajes ni modificaciones de las normas del proceso. El llamado es a movilizarnos el miércoles." Transcurridos los cinco días que marca la normativa desde la entrega de las firmas para el revocatorio contra Nicolás Maduro, y sin respuesta del Consejo Nacional Electoral (CNE), el líder opositor Henrique Capriles y la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) han convocado a sus simpatizantes para que marchen mañana en todo el país en una nueva pulseada contra la revolución.

La oposición, amparada en la Constitución, exige al CNE que haga públicas las condiciones del siguiente paso: la verificación de 1.800.000 firmas entregadas la semana pasada.

El chavismo mantiene que el 11% de las planillas está incompleto, "pues muchas no tienen firmas, ni huellas y en algunos casos ni número de cédulas. Constituye un fraude de ley", aseguró Jorge Rodríguez, alcalde de Caracas y "enviado especial" de Maduro al CNE para ralentizar aún más el proceso. No obstante, la oposición está sobrada en esta primera instancia: las rúbricas requeridas son sólo 196.000 para pasar a la segunda parte del proceso.

El líder opositor Henrique Capriles tras entregar las firmas necesarias para realizar el referendo contra Maduro, en Caracas. (JUAN BARRETO / AFP)

Repitiendo la misma ceremonia que en abril precedió al desbloqueo del revocatorio, una marcha destaca sobre todas las demás: la de Caracas, con final en la sede central del Consejo Nacional Electoral (CNE), un déjà vu de la que hace tres años Henrique Capriles desmovilizó "para evitar una guerra civil".

Allí les estará esperando el "pueblo revolucionario", convocado por dirigentes chavistas tras conocer el ultimátum opositor. Reviviendo paso a paso el mismo escenario que en 2013, el propio Jorge Rodríguez aseguró que él no ha concedido permiso para marchar. La revolución tiene reservado el centro de Caracas para sí misma, al haberla declarado territorio de paz.

"Es una exaltación subliminal de la violencia", teorizó José Vicente Rangel, ex vicepresidente y político muy cercano a Maduro. Mientras, los medios públicos venezolanos y la llamada "tropa" revolucionaria en las redes sociales acuñaban la etiqueta #oposiciónparamilitar.

La convocatoria gubernamental coincide además con la prórroga hasta el 28 del decreto que declara días no laborables de miércoles a domingo, por lo que en mayo sólo se trabajarán 10 días en los organismos públicos.

"Maduro se está escondiendo detrás de la señora Tibisay Lucena (rectora principal del CNE); tiene terror a que se le consulte al pueblo", insistió ayer el gobernador de Miranda. Todas las encuestas confirman la caída de popularidad del "hijo de Chávez", que se mueve entre el 25 y el 15%, provocada por la dramática crisis económica y social que sufre Venezuela.

La respuesta de Lucena ha llegado a través de las redes sociales. "Hacemos caso omiso a aquellos que su única defensa es el insulto, tratando de generar zozobra en la población. Venezuela es territorio de paz", escribió la rectora, quien la semana pasada acusó a los opositores de faltarle el respeto con sus ataques, tanto a ella como al poder electoral.

De momento, el tan repetido territorio de paz en torno del CNE está bajo control de los radicales chavistas, que ya han agredido a periodistas, trabajadores de la Asamblea y a diputados. Entre los atacados está Jesús Torrealba, secretario ejecutivo de la MUD, que fue emboscado, apedreado y golpeado por una de las brigadas de choque de la revolución.

El ultimátum opositor coincide con el anuncio llegado desde el Vaticano: monseñor Paul Richard Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados, viajará a Venezuela el próximo 24. "No se trata de una misión diplomática, no ha sido enviado por el papa Francisco", precisó el vocero vaticano, Federico Lombardi.

El canciller del Vaticano asistirá a una ordenación episcopal, pero lo hace después de que Pietro Parolin, mano derecha del Papa, haya reconocido la "situación preocupante" que sufre el país sudamericano. (Daniel Lozano / La Nación)