miércoles, 18 de mayo de 2016

mayo 18, 2016
MÉRIDA, Yucatán, 18 de mayo.- El Mtro. Ramón Córdoba, editor de Alfaguara, impartirá este jueves y viernes en el Centro Peninsular en Humanidades y en Ciencias Sociales de la UNAM las conferencias La sombra del guerrero. El oficio de editor en versión de un veterano y El vicio de escribir, la ambición de publicar y el Diablo que mete la cola, respectivamente.

Entrevistado vía telefónica por Libertad de Expresión Yucatán, Córdoba indicó que las conferencias tienen por objetivo hacer un análisis de la situación actual de la lectura, los lectores, los escritores, la industria editorial, la cultura y todas las partes involucradas, transmitiendo su experiencia en la materia.

Quiénes se encargan de comercializar los libros, quiénes participan en su producción aparte de los autores, por qué el libro sigue siendo un objeto que interesa a mucha gente a pesar de que se diga que México es un país no lector y combatir diversas concepciones erróneas en la materia, tales como la idea de que a nadie le interesa la cultura en este país, serán algunos de los temas abordados en las ponencias del invitado, quien ha sido editor por más de 4 décadas.

"Quiero hacerles saber a aquéllos que ya tienen en mente la idea de escribir un libro, aquéllos que tienen su obra ya escrita en un cajón, a quienes tienen el vago plan de un día ponerse a escribir... que yo a diario veo personas que saben muy bien lo que intentan cuando presentan a una obra a una editorial y personas que ignoran absolutamente todo y por lo tanto cometen unos terribles errores de todo tipo, de estrategia, de presentación, de perspectiva, de expectativa", explicó.

Respecto a si el modelo tradicional de los libros y las editoriales sobrevivirá ante el avance de las nuevas tecnologías, Córdoba indicó que cubrirá este punto en sus conferencias, opinando que éste seguiría siendo tal cual durante largas décadas.

"Creo que hubo una euforia, un entusiasmo y también un terror ante la irrupción del libro electrónico. Todo mundo empezó a hacer cálculos, sobre todo cálculos comparativos, y a hacer pronósticos", dijo.

El entrevistado señaló que ya se veía que, en unos cuantos años, el libro electrónico iba a constituir por lo menos un tercio del negocio de la industria editorial, pero esto ni siquiera sucedió en Estados Unidos, donde se estancó desde hace un buen rato en el 24 o 25 por ciento, mientras que abajo del Río Bravo y España no llega al 2%.

"Hubo predicciones de que iba a ser arrasador y que haría desaparecer a la industria", comentó.

Entre los factores por los cuales no despegó esta modalidad, señaló que seguimos siendo gente de papel, las nuevas generaciones, así no sean gente de papel y estén más habituadas a los artefactos electrónicos, aprecian la comodidad de no tener que recargarle la pila a los libros, abrirlos tumbados en la playa y llevárselos al sanitario sin riesgo de echarlos a perder.

Aparte, destacó que en los países de habla hispana tenemos una severa desconfianza a dar nuestros datos para adquirir algo, y dado que ésta es la vía para la compra de los e-books también representa un punto en contra.

Recordó que hace algunos años, en España, hubo una cierta euforia por una gran venta de dispositivos para la lectura de e-books un diciembre, por lo cual se anticipó una explosiva demanda de producto a partir de enero, pero no hubo tal.

"Esa gente lo compró porque es moda, para usarlo con otros fines, como si fuera una máquina de escribir portátil... o bien sí se proveyeron de contenido, en la red aún hay contenido gratuito y también hay contenido ilegal", opinó Córdoba.

Sobre la importancia de la formación académica para incursionar en el ámbito editorial, recordó que en su etapa formativa no había carrera de editor.

En esos tiempo, lo que hubo fue editores que aprendieron sobre la marcha.

"Echando a perder se aprende. Se convirtieron en maestros de los editores que iban llegando, en este caso, pues yo. Yo aprendí de mis maestros, de la gente que dominaba el oficio y me fui formando y sé decir a ciencia cierta que no se requiere una carrera de letras", dijo.

"Lo que creo que sí se necesita para ser un gran editor es, indudablemente, ser un gran lector. Un lector con muchas horas de vuelo y alguien que se apasiona por la palabra. Sin esas virtudes, el editor no es nada", agregó, señalando que hay gente practicando el oficio sin ser lectores. 

Ramón Córdoba es el primer egresado de la carrera de Letras en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y ha recibido los premios Arnaldo Orfila a la edición universitaria y CANIEM al arte editorial. (José Repetto)