martes, 10 de mayo de 2016

mayo 10, 2016
BRASILIA, Brasil, 10 de mayo.- Waldir Maranhão, que como presidente interino de la Cámara baja intentó ayer frenar el trámite para un juicio político a la presidenta Dilma Rousseff, al invalidar la votación en que los diputados le dieron vía libre al proceso, es un desconocido para la mayoría de Brasil pero no para la Justicia.

Maranhão, hasta la semana pasada un integrante del "bajo clero", como en Brasil se refieren a los diputados poco conocidos y que pasan sin pena ni gloria por la Cámara de Diputados, es investigado por la Corte Suprema como uno de los beneficiarios de la red que desvió millonarios recursos de la petrolera estatal Petrobras.

El veterinario Maranhão ganó sus cinco minutos de fama en la política brasileña la semana pasada, cuando asumió la presidencia de la Cámara de los Diputados de forma interina tras la decisión del Tribunal Supremo de suspenderle el mandato al titular, Eduardo Cunha, igualmente acusado de corrupción en varios procesos.

El diputado Maranhão intentó impedir el impeachment (juicio político) a Dilma Rousseff. La foto no es de ahora.

Y al parecer quiso prolongar esos cinco minutos con su decisión de considerar inválida la votación del 17 de abril pasado en que la Cámara baja, por 367 votos de 513 posibles, decidió aprobar la apertura del juicio político contra Rousseff y dejar la última decisión en manos del Senado.

El diputado solicitó al Senado la devolución del proceso a la Cámara baja para convocar a una nueva votación y superar los supuestos vicios que invalidaron la decisión inicial.

Su petición fue ignorada por el presidente del Senado, Renan Calheiros, que la calificó como "intempestiva" y "extemporánea", pero que llegó a paralizar por algunas horas a Brasil.

Antes de que el Senado anunciara su decisión de seguir el proceso que puede obligar a Rousseff a dejar el cargo esta misma semana, la petición de Maranhao provocó un terremoto en el Congreso, en el Gobierno, en las bolsas de valores y en la prensa.

La propia Rousseff sugirió "cautela" con una decisión que terminó dejando a Maranhao aislado y con amenazas de varios procesos, incluso uno interno en la Cámara de Diputados en que algunos de sus colegas quieren sacarlo de la presidencia.

Al parecer, ni el propio Maranhão, que en 2014 fue elegido por tercera vez consecutiva diputado federal en representación del estado de Maranhao, uno de los más pobres del país, esperaba tener que asumir la presidencia de la Cámara baja.

Por ser hasta entonces un desconocido, los medios de comunicación tuvieron que consultar publicaciones especializadas, como el Atlas Político de Brasil, para conocer las posiciones del presidente interino de los Diputados, un político que se cita como ejemplo de superación por haber nacido en una familia de extrema pobreza de diez hermanos y que vivía en una favela.

La consulta permitió saber que el diputado había iniciado su carrera política como rector de la Universidad Regional de Maranhão, en la que se formó como veterinario, y que, además de estar contra el aborto, defiende la privatización de la explotación del petróleo y la adopción del parlamentarismo como sistema de Gobierno en el país.

El último proyecto de ley que presentó a consideración de sus colegas, hace dos años, pide alteraciones en la legislación de telecomunicaciones para permitir que los usuarios de celulares sean informados sobre los gastos por llamadas a larga distancia.

En sus últimos pronunciamientos en el pleno de la Cámara, el más reciente en noviembre pasado, pidió medidas urgentes para reducir el consumo de drogas en Brasil y manifestó su preocupación con los índices de violencia en su estado.

Maranhão llegó a la Vicepresidencia de la Cámara debido a que el Partido Progresista (PP), al que está afiliado desde 2007 tras haber pasado por otras tres formaciones, exigió ese cargo en un acuerdo para apoyar la elección de Cunha.

El diputado se desempeñó como secretario de Ciencia y Tecnología de Maranhão entre 2009 y 2010 y en 2012 disputó sin éxito las elecciones para alcalde de Sao Luís, capital del estado, en las que solo recibió 2.600 votos y quedó noveno entre diez candidatos.

Pese a que se le consideraba uno de los mayores aliados de Eduardo Cunha, el suspendido presidente de los Diputados que aceptó a trámite la petición para enjuiciar a Rousseff, el diputado del "bajo clero" demostró más fidelidad al gobernador de Maranhão, Flavio Dino, un defensor de la jefe de Estado y quien al parecer lo convenció de intentar suspender el proceso.

El diputado fue uno de los pocos que, pese a la posición de su partido, votó en contra de la apertura del juicio político contra la mandataria y en las redes sociales lo calificó como un "golpe contra la democracia".

Además de la investigación en el Supremo por supuestamente haber recibido sobornos a cambio de apoyar las corruptelas en Petrobras, Maranhao también enfrenta un proceso por lavado de dinero y otro por ocultación de bienes.

Pese a que en su última declaración de renta declaró un patrimonio de 813.000 reales (unos 232.285 dólares), en las últimas elecciones dijo haber hecho una donación a su propia campaña política por 550.000 reales (unos 157.140 dólares). (EFE)