miércoles, 25 de mayo de 2016

mayo 25, 2016
MADRID, España, 25 de mayo.- Los pulpos, los calamares y las sepias nadan a contracorriente. Para sorpresa de los biólogos, las poblaciones de los cefalópodos han aumentado significativamente en las seis últimas décadas, al mismo que tiempo que los cambios que se están registrando en los océanos, propiciados sobre todo por la actividad humana, están mermando los censos de otras especies marinas.

Así lo asegura una nueva investigación internacional publicada esta semana en la revista Current Biology, liderada por investigadores australianos. Un estudio que tuvo su origen, paradójicamente, en el declive detectado en la población de la gran sepia australiana (Sepia apama).

(Imagen Scott Portelli)

Se trata de una especie icónica ya que, además de ser la sepia más grande del mundo (llega a medir medio metro y a pesar más de 10 kilos), contemplarla nadar es todo un espectáculo de la naturaleza pues gracias a unas células con pigmentos llamadas cromatóforos, cambia en un instante de color para mimetizarse con su entorno y camuflarse de sus depredadores. A raíz de este estudio, los científicos han observado cerca de la ciudad australiana de Whyalla que también la población de sepia australiana gigante está recuperándose.

35 especies estudiadas

Decíamos que el aumento de la población global de cefalópodos ha sido una sorpresa, pero ésta ha sido moderada pues los científicos ya sabían que son animales dotados de unas características biológicos que les permiten adaptarse a los cambios de su entorno mucho mejor que otras especies. Entre ellas, los autores destacan la rapidez con la que crecen o su corta esperanza de vida, que permite renovar su población con mucha frecuencia.

La investigación se centró en datos procedentes de las capturas pesqueras recopilados desde 1953 a 2013 y, para llevarla a cabo, contaron con la colaboración de diversos centros de investigación de todo el mundo. En el estudio se incluyeron 35 especies de cefalópodos representativas de seis familias. La conclusión fue que los cefalópodos de especies muy diversas que viven por todo el mundo están aumentando.

"La mayor sorpresa ha sido la consistencia [de los resultados]", señala Zöe Doubleday, investigadora del Instituto de Medio Ambiente de Australia de la Univesidad de Adelaida y autora principal del estudio. "Los cefalópodos son notoriamente variables, y la abundancia de sus poblaciones puede variar mucho, tanto dentro de la misma especie como entre diversas especies. Que hayamos observado incrementos consistentes y a largo plazo en tres grupos distintos de cefalópodos, que viven en todo tipo de hábitats, como pozas de rocas u océanos abiertos, es algo excepcional", afirma Doubleday.

Depredadores voraces y adaptables

Como ocurre en cualquier ecosistema, los cambios en las poblaciones de ciertos grupos tienen consecuencias para otros: "Los cefalópodos son depredadores voraces y adaptables, de modo que su aumento podría tener un impacto en muchas especies de las que se alimenta, entre las que se encuentran peces e invertebrados comercialmente valiosos. Por otro lado, su incremento podría beneficiar a otros depredadores marinos que dependen de ellos para alimentarse y a los pescadores que pescan estas especies", apunta Doubleday.

De momento no pueden precisar por qué se está produciendo este aumento en las poblaciones de cefalópodos y siguen investigando qué factores están detrás de su proliferación: "Es una pregunta difícil de responder pero importante, porque nos podría dar mucha información sobre cómo las actividades humanas están cambiando el océano".(Teresa Guerrero / El Mundo/ The New York Times)