jueves, 28 de abril de 2016

abril 28, 2016
MÉRIDA, Yucatán, 28 de abril.- Anécdotas de todo tipo, divertidas y agridulces, así como recuerdos de sus inicios como literatos y hasta breves lecturas de sus obras aderezaron la charla con la que cuatro  escritores cerraron el Maratón de Lectura en Voz Alta, organizado por la asociación Leer por Placer A.C. y la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (FILEY).


Durante casi dos horas, Ramón Valdés, Antonio Flores Ramayo, Jorge Coz y Juan Esteban Chávez compartieron con el público reunido en el Parque de la Madre, sede durante 11 horas de actividades que enmarcaron el maratón que registró 108 lectores, lo poco sencillo que resulta el andar para quienes buscan publicar su primer libro.

Una de las primeras barreras a vencer, dijo Ramón Valdés, es atreverse a desnudarse como escritor y exhibir tu esencia como persona, que puede ser gris o negra. El escritor señaló, al igual que Juan Esteban, la carrera de tenacidad que enfrentan los nuevos escritores, que provoca muchas lágrimas pero no debe abandonarse.

“Si hay algo hermoso de ser escritor es poder compartir tu sueño y lograr que el lector sueñe contigo”, dijo el originario de la Ciudad de México, pero radicado en Mérida.

A diferencia de Juan Esteban y Ramón, quienes desde pequeños experimentaron el gusto por la lectura, Antonio Flores y Jorge Coz se sinceraron al decir que su primer acercamiento con los libros se dio porque no tuvieron otra elección.

“Yo quería jugar futbol, pero mi abuelita no podía llevarme a los entrenamientos y mi mamá trabajaba todo el día, así que pasaba mucho tiempo solo y, entonces, lo natural para mi fue refugiarme en las letras para poder expresarme”, compartió Coz, cuyos  cuentos como “De mi tiempo”, se basan en anécdotas de la sociedad actual.

Para poder palpar un libro de su autoría, con el que anoche los cuatro posaron muy sonrientes al finalizar la charla, los escritores compartieron, por ejemplo, los 38 rechazos editoriales que enfrentó Ramón Valdés antes de que Guillermo Shavelzon, uno de los agentes literarios más importantes de Iberoamérica le diera el visto bueno a su exitoso libro “Flor negra. El címbalo de oro”; la crónica con la que Antonio ganó un concurso de cuento o la sociedad de autor que formó Juan Esteban a manera de experimento y que le abrió diversos espacios para comentar su obra. (Boletín)