domingo, 17 de abril de 2016

abril 17, 2016
José Repetto

A pesar de las dificultades que se enfrentaron para su instalación -principalmente la oposición de asociaciones civiles conocidas por su agenda homofóbica y contra la inclusión, las cuales fueron alentadas por ciertos funcionarios-, el Consejo incurre de nueva cuenta en prácticas que le quitaron seriedad en la pasada administración municipal.

Pese a contar con activistas, académicos, representantes de diversos órganos gubernamentales y de la sociedad civil y personalidades destacadas de la diversidad sexual, el Consejo no ha podido escapar al vicio de incluir a personas que no tienen relación alguna con la lucha contra la discriminación, por el simple hecho de ser amigos de algún integrante.

Existen beneficios por pertenecer al Consejo. En el trienio 2012-2015, sus integrantes recibieron dispositivos electrónicos, por dar un ejemplo, gozan de presencia mediática en los boletines informativos de cada sesión y tienen injerencia directa en la elaboración de propuestas con la posibilidad de ascender al Cabildo y ser aprobadas por el mismo.

Por simple lógica, un consejo cuenta con N número de personas. Si se va a permitir la entrada al mismo de sujetos cuya labor, trayectoria o motivos no están en forma alguna relacionados con el mismo, entonces se debe abrir la entrada literalmente a cualquier persona que desee participar... o simplemente tomar el fresco y pasar el rato en las oficinas de Desarrollo Social.

Esto además puede generar problemas, como ha sucedido en el pasado, al no quedar claras las prioridades de sus integrantes.

No olvidemos que éste es un organismo público que opera con recursos del Ayuntamiento de Mérida en sus instalaciones y no un club privado de amigos que se reúnen en casa de uno de ellos a chismear. Su funcionamiento está sujeto al escrutinio y crítica de la ciudadanía.

Desafortunadamente es demasiado tarde para que el Consejo rectifique, pues se vería mal al expulsar a personas cuya entrada fue aprobada unánimemente -insisto, por amistad y compadrazgo- pero de sus miembros depende que éste no se vuelva un chiste que sea más conocido como un circo de excentricidades y animales que por una labor seria y constante en pro de la inclusión y no discriminación de la diversidad sexual.