miércoles, 27 de abril de 2016

abril 27, 2016
RÍO DE JANEIRO, Brasil, 27 de abril.- Los problemas con la Justicia del presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha (PMDB), principal patrocinador del proceso de 'impeachment' a Dilma Rousseff, habían quedado en un segundo plano tras la gravedad de la crisis política, con la presidenta con un pie fuera del Planalto y el vicepresidente Michel Temer especulando con su futuro Gobierno.

Pero Cunha ha recibido este martes varias malas noticias: el Tribunal Supremo Federal ha determinado la apertura de dos nuevas líneas de investigación por las sospechas de corrupción pasiva y blanqueo de dinero, aunque el procurador general de la República, Rodrigo Janot, ha determinado que el contenido de estas nuevas investigaciones se mantenga en secreto, según ha avanzado el diario 'O Globo'.

Cunha, actual presidente de la Cámara de Diputados, fue el encargado de iniciar los trámites para el pedido de juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff.

En cualquier caso, con estas dos, Cunha ya acumula cuatro cuentas pendientes con la máxima autoridad judicial del país. Anteriormente ya había sido acusado de recibir cinco millones de dólares de la trama de Petrobras y esconderlos en Suiza y de cobrar sobornos a cambio de facilitar obras en el proyecto olímpico del Porto Maravilla, en Río de Janeiro.

Por todo ello Cunha se enfrenta, desde hace meses, a un proceso en el Consejo de Ética de la Cámara de los Diputados que podría apartarle del cargo, pero el procedimiento avanza muy lentamente debido a los obstáculos que ponen sus aliados. Este martes los parlamentarios han recibido en el Consejo de Ética a uno de los principales intermediarios de la trama corrupta de Petrobras, Fernando Soares, el 'Baiano', que ha confirmado ante los diputados las acusaciones contra Cunha que ya había explicado a la policía.

"Yo, personalmente le entregué cuatro millones de reales (1,1 millones de dólares)", ha confesado, reforzando la tesis de que en la trama corrupta de Petrobras los sobornos se pagaban en 'cash'. Además, el 'Baiano' ha querido exculpar a los empresarios envueltos en la trama y que en gran parte ya están entre rejas: "Las peticiones siempre venían de los políticos, utilizando a agentes colocados por ellos en las empresas públicas. Eso tiene que quedar claro. No son los empresarios los que tienen la culpa de lo que está pasando", ha dicho.

Antes, la reunión del Consejo ya había empezado convulsa, como es costumbre en las últimas semanas. Varios activistas entregaron un documento con 1,3 millones de firmas recogidas en los últimos días pidiendo la salida de Cunha. El texto que acompaña a las firmas pide a los diputados que actúen "con urgencia y responsabilidad para garantizar que nadie esté por encima de la ley". Uno de los portadores de las firmas, el coordinador de la plataforma Avaaz Diego Casaes, ha sido insultado por el diputado Laerte Bessa (PR), aliado de Cunha. "¡Payaso, idiota, vagabundo!", le ha gritado, mientras los activistas replicaban con '¡Fuera Cunha!'.

Pero Cunha no tiene intenciones de dejar el cargo; mantiene importantes apoyos en la Cámara, ya que la mayoría de los diputados de la oposición han obviado las acusaciones de corrupción a cambio de que acelerara el proceso para apartar a Rousseff. El enemigo número uno de la presidenta no parece sentirse debilitado. De hecho, se especula con su entrada en un futuro Gobierno de Michel Temer. Por el momento, es el tercero en la línea sucesoria y asumiría el control del país en el caso de que además de Rousseff Temer también sufriera un 'impeachment'. Pero este escenario no es del gusto de la mayoría de brasileños: el 77% se declara a favor de la anulación de su mandato, según una reciente encuesta de Datafolha. (Joan Royo Gual / El Mundo)