lunes, 28 de marzo de 2016

marzo 28, 2016
MÉRIDA, Yucatán, 28 de marzo.- A pesar de que Manuel Campos Ancona, jefe de los zoológicos del Ayuntamiento de Mérida, logró calmar a los sindicatos que fueron a verlo en días pasados para transmitirle las quejas de sus agremiados contra su gestión y las acciones de sus allegados, el hecho de que la inconformidad de los trabajadores fuera publicada por este portal noticioso cimbró al burócrata, quien organizó una junta de emergencia con su gente para ordenarles que ningún hecho más salga a la luz y cesen las filtraciones.


Sin embargo, es tal el hartazgo por la falta de experiencia y el mal trato a los trabajadores de la Comuna que los afectados se niegan a callar y están decididos a dar a conocer, a través de este medio, las numerosas irregularidades que en sólo siete meses se han dado en los zoológicos, que incluyen pero no están limitadas a la constante y sistemática violación de sus derechos laborales, prepotencia, favoritismo, revanchismo, tráfico de plantas, encubrimiento de la muerte de varios animales, muchos de los cuales presuntamente han sido cocinados y degustados por el mismo personal de los zoológicos, y robo de insumos e infraestructura, todo bajo las narices del referido funcionario.

A pesar de no cubrir el perfil, pues es licenciado en Administración y no M.V.Z. y jamás había trabajado con animales, Manuel Campos fue nombrado, el pasado mes de septiembre, encargado de Animaya. Tras la renuncia de William Cabrera quedó al frente del Centenario y actualmente es el jefe de los tres zoológicos de esta capital, incluyendo el de Mulsay, cuyas malas condiciones fueron expuestas hace algunas semanas e inclusive requirieron la actuación de la Profepa.

Son sus coordinadores en Animaya Claudia Ham y Fernando Victoria, quienes deciden todo debido a que Campos no sabe absolutamente nada sobre veterinaria ni lo que se requiere para mantener en buen funcionamiento un zoológico y garantizar condiciones de vida digna para sus animales, por lo cual se aprovechan de su ignorancia y falta de preparación en el área para mandar, llegando su poder al grado de que ha sido sacada gente sin causa justificada, sólo porque ellos así lo disponen.

Campos nada más firma. Como jefe no sirve, no da la talla, no lee y no le interesa aprender, ni siquiera conoce los reglamentos. Esto es lo que alegan los trabajadores sindicalizados, quienes no lo soportan por su actitud, que describen como prepotente y elitista, ya que ni siquiera se digna a escuchar, mucho menos recibir, a nadie que no esté "a su nivel", que no sea su superior jerárquico, de cuya protección se jacta de gozar, o su incondicional.

Una anécdota que dice todo lo que hay que saber sobre el mencionado, nos relatan, es que al llegar a Animaya el pasado mes de septiembre lo primero que hizo fue preguntar si los comerciantes afuera del recinto pagaban algo. Desde entonces han sido incontables las irregularidades en los zoológicos.

También existe inconformidad entre los empleados por favoritismo, ya que la gente de Campos y sus incondicionales salen y entran cuando quieren y, aparte de tener el tiempo medido, los demás trabajadores perdieron sus compensaciones -esto es, no se les pagan horas extra- y les levantan actas por nimiedades o de plano infundios.

Uno de los hechos que más indigna, nos dicen, es que a pesar de que no respetan las compensaciones de los trabajadores "de a pie", los allegados de Campos sí cobran horas extra y Dios se apiade de quien se atreva a alzar la voz para intentar hacer valer sus derechos. Como ejemplo nos mencionan el caso de un albañil que se quejó en Palacio porque no le pagaban sus horas extra y fue transferido, en venganza, a Animaya.

Adicionalmente, Victoria y Ham deben entrar a las 6 y 7 horas, respectivamente, pero el primero se atrasa porque va a buscar a su pueblo a la segunda y presuntamente se sale antes para irse a su otro trabajo en la Semarnat.

Forma parte de este grupo un biólogo, quien tiene a su cargo las orquídeas y, se comenta, coincidentemente tiene varias de la misma especie en su casa en Caucel e inclusive ha regalado algunas a Manuel Campos, aparte de que se dedica en su tiempo libre a la venta de las mismas.

Pero no sólo los trabajadores han sufrido durante estos "siete meses de terror".

Nos informan que el veterinario Victoria o uno de sus subordinados presuntamente anestesió a uno de los tigres que fue decomisado en Xmatkuil el año pasado y "se le pasó", por lo cual el animal murió y, desde hace varias semanas, permanece en una nevera de Animaya para que el hecho no salga a la luz. Este caso es independiente al de la tigresa del Centenario que falleció en días pasados.

Grave, nos indican, es la desaparición, gradual, de 22 venados de Animaya, la cual se debe simplemente a que "los que mandan" se los comieron.

"Y Manuel Campos ha comido de ese zik", alegan, indicando que lo prepara el biólogo antes mencionado y que lo han hecho en varias ocasiones, al igual que usar el pollo destinado a alimentar a los animales para hacer pib en noviembre.

Además, debido a que se permite a los trabajadores jugar con su celular mientras están manejando los camiones, hay animales que han resultado heridos e inclusive muerto a causa de estas imprudencias.

Los bebedores de Animaya, nos señalan, están secos ya que les tiran agua pero sin llenarlos.

No deja de causar indignación entre los trabajadores el caso de Thalía Centeno, amiga cercana de Campos quien llevara a su hijo un lunes al Centenario para jugar con un cachorro de tigre albino en un área restringida al público, privilegio que no gozaría ningún trabajador y mucho menos el público en general. Otras fuentes nos señalan que la mencionada actualmente está trabajando en el área de Cementerios.

También se hizo mención de Gabriel Pompeyo, quien a pesar de tener el cargo de coordinador "nada más es como su chofer" de Manuel Campos.

Aparte de las situaciones ya descritas, nos confirman que durante las "cascaritas" en horario de trabajo y vehículos oficiales, realizadas en una comisaría de Mérida, los empleados también toman alcohol.

Finalmente, se ha señalado que un incondicional de los que mandan ha ido los lunes al Centenario para destrozar la toma de luz de los locatarios que se niegan a pagar "derecho de piso",

También existen sospechas de robo de medicamentos, utensilios e inclusive enrejado del zoológico para uso personal. Para encubrir este último lo pintaron de blanco, pero si se raspa se podrá ver el verde.

Finalmente nos mencionan que, hace algún tiempo, el director de Servicios Públicos Municipales, Luis Jorge Montalvo Duarte, regañó a los encargados de Animaya por presuntamente talar innecesariamente varios árboles. (José Repetto)